El mandatario, que visitó la ciudad con el vicepresidente Joe Biden, se reunió con los familiares de las víctimas fatales, la mayoría de ellos hispanos, para ofrecerles sus condolencias y expresar su apoyo a aquellos que sobrevivieron.
El presidente estadounidense, Barack Obama, visitó ayer Orlando para dar consuelo a los familiares de las víctimas de la masacre del club gay Pulse,que dejó 49 muertos el domingo pasado.
El mandatario, que visitó la ciudad con el vicepresidente Joe Biden, se reunió con los familiares de las víctimas fatales, la mayoría de ellos hispanos, para ofrecerles sus condolencias y expresar su apoyo a aquellos que sobrevivieron. “Estas familias son parte de la familia estadounidense. Nuestros corazones también están destrozados”, dijo Obama, quien también se reunió con los profesionales médicos que atendieron a las víctimas de la masacre y lograron salvar docenas de vidas. «Podemos impedir tragedias. Podemos salvar vidas’’, dijo el presidente al término de la reunión y advirtió: «Si no reaccionamos, veremos otras masacres como esta’’.
Esta visita, que es parte de una larga serie de viajes que ha hecho el presidente a las regiones sacudidas por la violencia producida por las armas, tenía el propósito de mostrar apoyo a Orlando. “El presidente entiende que él es un símbolo del país, y cuando viaja a una comunidad y se encuentra con una familia que ha sufrido una terrible tragedia, él está ofreciendo un mensaje de condolencia y confort en nombre del pueblo estadounidense”, explicó el vocero de la Casa Blanca, Josh Earnest. Luego de anunciar que Obama no daría un discurso tras la reunión, el portavoz de la Casa Blanca, Eric Schultz afirmó: “Este es un caso en el que el presidente quería reunirse en privado con las familias que están en duelo, con algunos de los supervivientes y con la policía local, y dar sus respetos”.
En Orlando y alrededores comenzaron a celebrarse las ceremonias fúnebres de las víctimas de la masacre. La primera fue, el miércoles, la de Javier Jorge Reyes, un vendedor de 40 años de origen puertorriqueño. Una oficina de atención a los sobrevivientes del ataque y a los allegados de las víctimas fue instalada en el gran estadio local, el Camping World Stadium, y a ella han acudido decenas de personas buscando ayuda para completar los numerosos trámites administrativos de rigor. También se multiplican los actos y concentraciones, como la velada de caridad organizada en el club gay Southern Nights la noche del miércoles, destinada a captar fondos para el personal de Pulse. Casi en simultáneo, la iglesia Trinity convocó a una oración en favor de las víctimas. Uno de los animadores de la actividad, el carismático pastor Billy Brath, confesó haber ido en numerosas oportunidades a Pulse y se congratuló del apoyo brindado por la ciudad de Orlando a la comunidad LGTB (lesbiana, gay, bisexual y trangénero).
El atentado del domingo, es el más grave perpetrado en territorio estadounidense desde el 11 de septiembre de 2001, fue realizado por Omar Mateen, un estadounidense de 29 años, de padres afganos, que fue muerto a balazos por la policía. Las autoridades estadounidenses han advertido que las amenazas contra los musulmanes no serán toleradas. “Las violaciones de los derechos civiles son una prioridad para el FBI’’, dijo el agente Ron Hopper a la prensa. “Vamos a investigar cualquier ataque cometido contra personas por su pertenencia racial, sus creencias religiosas o su orientación sexual’’, señaló. “Cualquier acto o amenaza de este tipo va en detrimento de la ley”, dijo a su vez el fiscal del distrito de Orlando, Lee Bentley.
En lo que concierne a las investigaciones sobre la masacre, las autoridades se muestran ahora mucho más cautas a la hora de comunicar informaciones. El fiscal Bentley, por ejemplo, no quiso revelar detalles sobre eventuales acusaciones contra la esposa de Omar Mateen, Noor Salman. De acuerdo a varios medios estadounidenses, un jurado popular analiza actualmente si existen motivos suficientes para inculparla por no haber alertado a las autoridades de las intenciones de su marido, de las que habría estado al tanto. De acuerdo a una carta publicada ayer, el senador Ron Johnson, presidente de la Comisión de Seguridad Nacional en el Senado reveló algunos posibles posteos de Mateen en la red y le pide al director de Facebook, Mark Zuckerberg, apoyo en la investigación policial. Jonhson indica que Mateen aparentemente había usado Facebook antes y durante el ataque para buscar información relacionada con contenidos terroristas y que escribió: “En los próximos días verán ataques del Estado Islámico en Estados Unidos. Ustedes mataron mujeres y niños inocentes con ataques aéreos estadounidenses, ahora prueben la venganza del Estado Islámico en Estados Unidos”.
Ya en el pasado, tras otros tiroteos masivos, Obama demostró en discursos públicos que la cuestión de la violencia armada dentro del país, facilitada por la venta libre de todo tipo de armas, incluidos los fusiles de asalto –versión civil de las armas de guerra–, es uno de los temas políticos que más lo sensibilizan. A lo largo de 2013, Obama utilizó gran parte de su capital político para intentar hacer aprobar en el Congreso mínimos controles en la venta de armas. Tras una pulseada abierta con el lobby de ese sector productivo, el mandatario no consiguió un apoyo mayoritario, ni siquiera un consenso absoluto dentro de su propia bancada demócrata. El lunes pasado, apenas un día después de la masacre, Obama había calificado el ataque como un acto de extremismo local y había destacado que aún no existen pruebas contundentes de que el joven neoyorquino estuviera directamente vinculado con una organización terrorista particular, pese a que durante el ataque llamó al 911 y juró lealtad a la milicia del EI.
A pesar de la presencia del presidente en Orlando, el senador John McCain dijo ayer que Obama fue directamente responsable de la muerte de las 49 personas. “Cuando sacó a todos de Irak, Al Qaeda fue a Siria y se convirtió en ISIS, que es lo que es hoy gracias a las decisiones del presidente y a sus políticas fallidas”, aseguró el senador a CNN. Más tarde, McCain escribió en la red social Twitter para retractarse, aunque no del todo: “Me equivoqué. No quise dar a entender que el presidente fue personalmente responsable. Me refería a las decisiones de seguridad nacional del presidente Obama, no el propio Presidente. La decisión del presidente Obama de retirar completamente las tropas estadounidenses de Irak en 2011 condujo a la aparición del ISIS”.