
Sputnik
* Los votos de la vergüenza fueron de Argentina, Hungría, Israel, Macedonia del Norte, Paraguay, Ucrania y EEUU.
La Asamblea General de la ONU aprobó, con 165 votos a favor, siete en contra y 12 abstenciones, una resolución que pide poner fin a la política de sanciones económicas impuestas por EEUU contra Cuba hace más de seis décadas.
La resolución, aprobada por trigésimo tercer año consecutivo, «insta una vez más a los Estados que han aplicado y siguen aplicando tales leyes y medidas a que adopten las acciones necesarias para derogarlas o invalidarlas lo antes posible».
Entre los países que exigen el fin inmediato del bloqueo estadounidense sobre la isla están el resto de países del Consejo de Seguridad (China, Francia, el Reino Unido y Rusia), así como todos los países de los BRICS (Brasil, China, Egipto, Emiratos Árabes, Etiopía, la India, Irán, Rusia y Sudáfrica).
Los países que votaron en contra fueron:
Argentina
Hungría
Israel
Macedonia del Norte
Paraguay
Ucrania
EEUU
Washington ejerció fuertes presiones sobre numerosos países para «restar apoyos» a esa resolución, denunció el canciller de Cuba, Bruno Rodríguez.
Durante las últimas semanas ha ocurrido un «brutal e inédito» despliegue de presiones por parte del Departamento de Estado de EEUU, con el objetivo de forzar a naciones soberanas a cambiar su voto sobre la resolución, recalcó el jefe de la diplomacia cubana en su discurso en la Asamblea General.
En las sesiones de la Asamblea, representantes de varios Estados, a nombre de organizaciones globales y regionales o en su capacidad nacional, abogaron por el cese del bloqueo y criticaron su impacto en el desarrollo socioeconómico de la isla. También coincidieron en que dicha política viola los derechos humanos del pueblo cubano y entorpece las relaciones del país caribeño con el resto del mundo.
Desde 1992, la Asamblea General de la ONU ha aprobado por amplia mayoría el proyecto de resolución que pide el fin del bloqueo contra Cuba.
Según las autoridades cubanas, desde que Donald Trump asumió la presidencia de EEUU en enero pasado, las sanciones contra la isla se endurecieron, aumentó la persecución financiera y hay más trabas para adquirir combustible, medicinas y artículos de primera necesidad.