ONU confirma que Assange recibe tortura sicológica

El fundador de Wikileaks, Julian Assange, sufrió tortura sicológica en el transcurso de una campaña de difamación y no debería ser extraditado a Estados Unidos, donde enfrentaría un «espectáculo judicial politizado», afirmó Nils Melzer, Relator Especial sobre Tortura e investigador de derechos humanos de la Organización de las Naciones Unidas (ONU).

Melzer visitó a Assange en la prisión de Londres donde cumple condena por haber incumplido en 2012 las condiciones de la libertad condicional para refugiarse en la embajada de Ecuador, junto a dos expertos médicos especializados en examinar potenciales víctimas de tortura y de otros malos tratos.

Assange, ciberactivista australiano, de 47 años, enfrenta un juicio de extradición a EEUU, donde el Departamento de Justicia quiere llevarlo a juicio bajo la acusación de espionaje, como forma de encubrir todas las pruebas de genocidios, manipulación, corrupción y otros delitos dado a luz por los documentos sacados al público por WikiLeaks.

“Assange muestra todos los síntomas de una persona expuesta a tortura sicológica por un prolongado periodo”, y se encontraba demasiado enfermo el jueves para comparecer por video desde una prisión británica en una audiencia sobre la solicitud de extradición de EEUU, indicó su abogada Gareth Peirce.

El siquiatra que acompañó la misión dijo que su estado de salud es crítico, y ha sido hospitalizado ahora y no está capacitado para enfrentar un juicio. Aunque Assange no está en confinamiento solitario, el Relator Especial de la ONU señaló que están seriamente limitadas la frecuencia y duración de las visitas de sus abogados, quienes no tienen acceso a las carpetas del caso. Así, es imposible que pueda preparar adecuadamente su defensa en los complejos procesos legales en su contra.

«El señor Assange ha sido expuesto de forma deliberada, durante varios años a formas progresivamente graves de tratamiento o castigo cruel, inhumano o degradante, cuyos efectos acumulados solo pueden ser descritos como tortura sicológica», señaló Melzer en un comunicado.

«No estamos hablando de un procesamiento, sino de una persecución. Eso significa que el poder judicial, sus instituciones y procesos están siendo explotados de manera deliberada por motivos ocultos», agregó el profesor de leyes suizo.

Melzer manifestó su preocupación por la eventual extradición de Assange a Estados Unidos, donde sea expuesto a un espectáculo judicial politizado y graves violaciones de sus derechos humanos.

Indicó que desde 2010, cuando WikiLeaks empezó a publicar evidencia de los crímenes de guerra y tortura cometidos por las fuerzas estadunidenses, “hemos visto un sostenido y concertado esfuerzo de varios Estados para conseguir que Assange sea extraditado a EEUU para su enjuiciamiento.

Este esfuerzo generó serias preocupaciones por la criminalización del periodismo de investigación, en violación tanto a la Constitución de EEUU como al derecho internacional sobre derechos humanos” añadió el relator.

“Además de los problemas físicos, Assange mostraba todos los síntomas típicos de una exposición prolongada a la tortura psicológica, entre ellos un estrés extremo, una ansiedad crónica y un intenso trauma psicológico. Las pruebas son abrumadoras y claras”, prosiguió.

Assange fue sentenciado a 50 semanas de cárcel el primero de mayo por infringir su libertad bajo fianza al entrar a la embajada de Ecuador en Londres hace siete años.

El ministro de Relaciones Exteriores británico, Jeremy Hunt, tuiteó tras el comunicado de Melzer que «está equivocado. Assange prefirió esconderse en la embajada y siempre tuvo libertad para abandonarla y enfrentar a la justicia. El Relator Especial de la ONU debería dejar que las cortes británicas hagan sus juicios sin su interferencia ni acusaciones inflamatorias».

“Assange estuvo expuesto de forma deliberada y durante varios años a varias formas de trato o castigos crueles, inhumanos y degradantes”, alertó Melzer, quien acusó a todos los gobiernos implicados en este caso de no adoptar las medidas básicas para que se respeten “los derechos humanos más básicos y la dignidad” del periodista.

En este sentido, consideró que “al mantener una actitud de complacencia en el mejor de los casos, y de complicidad en el peor, estos gobiernos han creado una atmósfera de impunidad”.

Assange se refugió en la embajada de Ecuador de Londres para no ser llevado a Suecia, que lo requería en relación a presuntos delitos sexuales que él siempre ha negado. Este mes, Suecia reabrió el caso contra Assange, que había cerrado en 2017 por falta de pruebas. El australiano siempre mantuvo que le daba miedo que Suecia lo entregara a Estados Unidos, donde temía por su vida.

Assange fue detenido por policías británicos poco después de que el actual presidente ecuatoriano, Lenín Moreno, revocara el asilo diplomático, a pedido del gobierno de Estados Unidos.

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