Bárbara Ester Moraña
A poco de asumir el gobierno de Pedro Castillo, marcó la diferencia. En primer lugar, el Gabinete escogido levantó sorpresa y controversias. Nunca antes hubo un Gabinete con tanta presencia regional y origen popular -en un país donde el color de piel molesta- ni un Premier que se dirija a la ciudadanía en quechua.
Por otra parte, demostró la capacidad de convocar a propios y ajenos en pos de un claro cambio político. También demostró la voluntad política de concretar sus propuestas de campaña: recaudó unos mil millones de dólares de mineras como Buenaventura y Costa Verde que por años fueron “incobrables”, salió del Grupo Lima y aceleró el proceso de vacunación. A pesar de ello, o más bien precisamente por esta causa, es que los poderes fácticos han decidido acelerar el desgaste al Gobierno.
Los medios de comunicación concentrados como “El Comercio” -principal monopolio de la familia Miró Quesada- comenzaron una campaña para erosionar el nuevo Gabinete. No lo hicieron solos. La ofensiva estuvo en consonancia con algunas de las bancadas que desde el Congreso realizaron pedidos de interpelaciones a los ministros entre los que destacan las de Fuerza Popular (Keiko Fujimori) y Renovación Nacional, bancada del ultraderechista Rafael López Aliaga.
Hasta el momento el accionar conjunto se concentra en el Premier, Guido Bellido, y en al menos otros cuatro ministros. Si bien la situación era de por sí complicada ya que implica una nueva confrontación entre el Ejecutivo y el Congreso, la situación se agravó aún más cuando el sector más elitista y racista de las fuerzas armadas, la Marina, solicitó la renuncia del canciller Héctor Béjar al considerar que el sociólogo los estaba acusando de realizar prácticas terroristas.
El profesor de San Marcos se negó a retractarse de su versión de la historia y presentó la renuncia. La supuesta asociación del Gobierno con el “terrorismo” se ha convertido en el principal caballito de batalla de la prensa y la oposición golpista para impugnar al Gobierno, aun cuando hace más de 20 años Sendero Luminoso fue desarticulado.
En cambio, desde la Base Naval del Callao el exasesor del expresidente Alberto Fujimori realizó una serie de llamadas telefónicas para presuntamente sobornar a magistrados del Jurado Nacional de Elecciones con el fin de que beneficiasen a Keiko Fujimori durante el dilatado conteo.
Recientemente Castillo solicitó al Gobierno chileno ampliar la extradición de Alberto Fujimori para incluir una causa por la que no ha sido juzgado: la venta de armas a las FARC. Aunque el nuevo canciller es un hombre del establishment, Óscar Maúrtua fue quien inició las negociaciones con Chile en 2005 como canciller de Toledo.
En caso de concretarse, será sin dudas un duro golpe para el imaginario anti-guerrillero fujimorista. El próximo 26 de agosto, el nuevo Gabinete deberá solicitar la moción de confianza frente al Congreso y, en caso de que ésta no le sea otorgada, deberá conformar un nuevo Gabinete en 72 horas.
La posición de las bancadas frente al voto de confianza no es unánime, algunos afirman que definirán su voto recién después de la presentación del Premier de su plan de Gobierno, otros que solo otorgarán la confianza a condición de que remueva algunos ministros y otros simplemente podrían abstenerse.
El gobierno necesita el voto de la mitad más uno de los presentes para la aprobación. La negación de la confianza que produce la “Crisis total del Gabinete” solo puede ser utilizada una vez, ya que a la segunda negativa se habilita el cierre del Congreso y la convocatoria a nuevas elecciones legislativas en los próximos cuatro meses.
De modo que es una bala de plata que los congresistas probablemente no querrán gastar rápidamente, en su lugar se espera que otorguen la confianza y realicen interpelaciones de uno a uno de los ministros. El comienzo es agitado y el juego es fuerte, la apuesta es al tiempo o a la fuerza. Nadie dijo que sería fácil.