Perú: “Golpe no” gritaron los seguidores de Pedro Castillo

Organizaciones sociales, sindicatos, campesinos, representantes de los pueblos indígenas, estudiantes, maestros, hombres y mujeres de los barrios populares, se movilizaron pacíficamente ante la amenaza de los sectores de la derecha, que piden anular las elecciones. 

Rostros de alegría y de firmeza, muchos del Perú profundo, ambiente de festejo y también de lucha, banderas, música, celebración por la victoria electoral del profesor rural y sindicalista Pedro Castillo y consignas en defensa de ese histórico triunfo popular frente a los intentos de la derecha de desconocerlo y sus amenazas de golpe, tomaron este sábado el centro de Lima y otras ciudades del país. A pocas calles de esa multitudinaria movilización en la capital, la derecha también se manifestó. Entre ambos, un fuerte cordón policial, que no tuvo necesidad de actuar. En la concentración de los seguidores de la derechista Keiko Fujimori, con presencia mayoritaria de las elites, se insistió en el discurso golpista de desconocer el triunfo de Castillo.

“Gran marcha nacional por la defensa de la democracia y la patria. No al golpe de Estado”, fue la consigna para la convocatoria a la movilización popular en defensa de la victoria de Castillo. “Democracia sí, golpe no”, se escuchó una y otra vez en respuesta a las voces de la derecha que piden anular las elecciones ganadas por la izquierda. Una mujer levantaba un cartel en el que se leía: “Venimos desde lejos a defender nuestros votos”. Ella había llegado desde una comunidad andina. Un hombre con un megáfono gritaba “Keiko escucha, acepta tu derrota” y la gente repetía en coro la consigna. “El pueblo ya eligió, Castillo ya ganó”, celebraba la multitud.

“Aquí está el pueblo en las calles defendiendo su victoria, no dejaremos que nos la roben”, le dijo a este diario una mujer mientras caminaba detrás de una banderola con la inscripción “Solo unidos podremos derrotar a la mafia fujimorista y al golpe de Estado”. Un poco más allá, en otra banderola se había escrito “Por la defensa del voto del pueblo”. Organizaciones sociales, sindicatos, campesinos, representantes de los pueblos indígenas, estudiantes, maestros, hombres y mujeres de los barrios populares, se movilizaron pacíficamente en defensa de la elección como presidente de un hombre de origen campesino y andino, lo que tiene mucho de reivindicación histórica de una mayoría marginada.

Entre la multitud avanzaba una nutrida columna de campesinos, los ronderos. Las rondas campesinas se formaron hace varias décadas para protegerse de la delincuencia en el campo, cuidar sus tierras, administrar justicia en sus territorios y ser interlocutores en la relación de esas poblaciones con las autoridades del Estado. Pedro Castillo ha sido dirigente rondero y ahora las rondas campesinas están en las calles defendiendo su victoria electoral.

PáginaI12 conversó con Santos Saavedra, presidente de la Central Nacional de las Rondas Campesinas, que agrupa a 2,5 millones de campesinos en todo el país. Santos, rondero desde hace 24 años, es de Chota, provincia de la región andina de Cajamarca, como Castillo. Cajamarca es la cuna de las rondas campesinas.

“Somos descendientes de los pueblos originarios, conservamos nuestros valores y costumbres. Los ronderos somos parte de esta victoria electoral y nuestras bases de todo el país están en pie de lucha para defender nuestro voto, que es un voto de esperanza y de justicia. No vamos a permitir que se pretenda desconocer la voluntad popular, que nos roben nuestros votos, que haya un fraude, un golpe. Si el Jurado Electoral no confirma el triunfo del profesor Castillo sería algo terrible, un golpe, una burla a la voluntad popular. Si eso pasa, tenemos el legítimo derecho de ir a una lucha de resistencia contundente”, señaló el dirigente rondero.

Se le preguntó sobre el triunfo de Castillo y qué espera de su gobierno: “Su triunfo es algo inédito. Desde hace mucho tiempo esperábamos tener un presidente campesino, como nosotros, un maestro, eso es una gran esperanza. Del nuevo gobierno esperamos que haga una nueva Constitución, atienda la salud, que está terrible, la reactivación de la economía, la atención a los servicios básicos, que apoye a la agricultura como una política pública prioritaria. Queremos precios justos para nuestros productos, que ahora muchas veces tenemos que vender por menos de lo que nos cuesta producir. El Perú tiene muchas brechas sociales que no se han resuelto, somos un país muy desigual en términos de condiciones de vida. Esperamos un cambio total del modelo neoliberal, con el que los pueblos nos sentimos totalmente excluidos. Sabemos que no será fácil porque hay una resistencia conservadora de las elites, que no quieren perder ni un mínimo de sus privilegios”.

También rondero, Flavio Flores es de la selva y presidente de las rondas campesinas en su región. “Venir aquí ha sido un gran sacrificio para nosotros, desde mi tierra he tenido que caminar tres horas hasta la ciudad y desde ahí dos días de viaje hasta Lima. Este encuentro es una fiesta de hermandad. Estamos aquí para exigir que se respete el voto popular. Es una alegría poner en el sillón presidencial a un hermano de la sangre originaria, recuperar nuestra patria. Nosotros recién ahora nos vemos representados”.

Castillo no participó en la movilización. Envió un mensaje por las redes sociales. “Cientos de miles de peruanas y peruanos de todas las regiones del país demostraron hoy que cuando el pueblo se alza en defensa de su dignidad no hay mafia ni amenaza de golpe que pueda detenerlo. Ninguna maniobra torcerá su voluntad de cambio. No los defraudaremos. Juntas y juntos abriremos los surcos de un Perú nuevo”.

Keiko insiste con un fraude inexistente

No muy lejos de la movilización popular, en la manifestación de las elites la derrotada Keiko Fujimori -tres veces vencida en tres elecciones consecutivas- insistió ante sus seguidores con su narrativa, vacía de contenido pero apoyada por los grandes medios, de un fraude, inexistente en la realidad, con lo que pretende deslegitimar la victoria de Castillo. Volvió a agitar la polarización. Una polarización azuzada por los ataques racistas y clasistas contra Castillo y sus electores que saturan las redes sociales y por las amenazas del fujimorismo contra quienes no respaldan sus injustificados reclamos de fraude. Keiko dijo defender el voto, pero pretende convertir su derrota en triunfo exigiendo se le anulen votos a su rival, que son los votos de los campesinos, de los más pobres del país. Fue una jornada en la que aparecieron viejas figuras de la derecha más conservadora y se escucharon los discursos clásicos de la ultraderecha.

Los Jurados electorales locales han rechazado, por falta de sustento, todos los pedidos del fujimorismo para anular votos de Castillo. Apelarán al Jurado Nacional de Elecciones, lo que prolongará la demora de una decisión oficial para proclamar al ganador, tiempo que el fujimorismo y sus aliados pretenden dilatar lo más posible. Con su intención de eliminar votos de su rival desmoronándose, sectores de la derecha, en abierta postura golpista, pide anular las elecciones. Militares en retiro, y políticos y congresistas electos aliados de Keiko, se han pronunciado en esa línea golpista. El presidente Francisco Sagasti rechazó con firmeza los llamados a las Fuerzas Armadas para que den un golpe y aseguró la neutralidad del gobierno y de los militares. Un exjuez supremo, aliado del fujimorismo, ha presentado ante los tribunales una acción de amparo para anular las elecciones. Un pedido sin argumentos ni base legal.

Con su derrota electoral, a Keiko se le cierran las puertas de la presidencia y se le abren las de la prisión. Sin la inmunidad presidencial que esperaba obtener, deberá enfrentar un juicio por lavado de dinero y organización criminal con un pedido de 30 años de prisión. La fiscalía tiene un sólido caso en su contra. Este lunes, un juez analizará un pedido fiscal para ponerla bajo prisión preventiva por este caso. Por eso tanta desesperación por su derrota.

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