Como respuesta a lo que consideraron de infundadas e injustas acusaciones, la Policía Nacional de Nicaragua desmintió hoy que haya usado vehículos donados por Estados Unidos para reprimir manifestaciones o transportar fuerzas irregulares bajo su mando, como lo señaló la embajada de la nación norteña aquí.
En un comunicado, la institución uniformada sostiene que dichos medios de transporte -cuya devolución fue reclamada por la legación- eran utilizados para la atención a jóvenes en situación de riesgo, así como por las unidades móviles de inspección de la Dirección Antinarcóticos.
“La Policía Nacional, desmiente categóricamente que los medios de transporte donados por el gobierno estadounidense hayan sido usados para reprimir manifestaciones pacíficas o transportar fuerzas irregulares”, subraya el texto. Asimismo, reiteró su compromiso de seguir trabajando en la atención a jóvenes en situación de riesgo y en el enfrentamiento al narcotráfico y crimen organizado.
La Embajada de Estados Unidos confirmó que solicitó a la Policía la devolución o el pago de vehículos donados, al considerar que algunos fueron usados para reprimir protestas. En tanto, la embajadora estadounidense, Laura Dogu, indicó a través de su cuenta en la red social de Twitter que la Policía Nacional devolvió los vehículos.
Por otra parte, mientras por un lado se intenta socavar la eficacia para que se restablezca el orden público, el ministro de Hacienda y Crédito Público, Iván Acosta, estimó que la estabilidad debe prevalecer para que continúe el desarrollo económico en Nicaragua, al advertir sobre las consecuencias negativas de la crisis sociopolítica que hoy persiste en el país.
“La urgencia principal es volver al orden, la estabilidad, la paz, para que la nación siga avanzando y pueda trabajarse en función de crear nuevas condiciones, y continuar por la senda que veníamos antes del 17 de abril”, indicó Acosta.
Con el presidente, Daniel Ortega, y el gobierno de reconciliación y unidad nacional, Nicaragua marcaba una diferencia en Centroamérica con un crecimiento económico sostenido en torno al cinco por ciento en los últimos años, aseguró. Eso permitió que los organismos multilaterales reconocieran el éxito y el impacto de los programas sociales, la inversión pública y el gasto dirigido fundamentalmente a la reducción de la pobreza, agregó Acosta.
“En este país, en 25 años, nunca en la historia se habían comprado 155 ambulancias nuevas para atender la salud del pueblo, pero en los últimos sesenta días han destruido 55 unidades, lo que atenta contra el servicio a los pobres”, denunció.
Al respecto, el funcionario aseguró que los daños a bienes públicos, valorados en más de 182 millones de dólares, son producto del vandalismo, los bloqueos de vías y el intento de golpe de Estado contra el gobierno y el pueblo nicaragüense.
Los golpistas, en su afán de justificar la destrucción de las ambulancias del pueblo, han señalado falsamente que son usadas para transporte de tropas antimotines.
El Banco Central redujo su proyección del crecimiento del Producto Interno Bruto a un uno por ciento como consecuencia de la crisis sociopolítica desatada en los últimos dos meses.
En opinión de Acosta, los indicadores macroeconómicos demuestran que los ciudadanos, los agentes económicos y el gobierno iban haciendo bien las cosas.
“Hasta el 17 de abril, la formalidad del empleo crecía en 6,6 por ciento anualmente, la capacidad de compras en las calles, mercados, centros comerciales iba mejorando, y las personas iban adquiriendo más bienes producto de la estabilidad”, resaltó.
También destacó el crecimiento del sector de la construcción en el último lustro, con la edificación de 30 mil casas y la ejecución actual de 10 proyectos de centros comerciales en Managua.
Ante la crisis en el país, el ministro de Hacienda consideró que los agentes políticos, económicos y religiosos participantes en el diálogo nacional deben comprometerse con los más de 6,2 millones de nicaragüenses, que tienen esperanza en la paz, la reconciliación y estabilidad económica.