El jefe del Comando Sur del Pentágono, el general John Kelly, dijo el jueves que Venezuela está «cerca del colapso y de implosionar», a la par que refirió que la renovada influencia de Rusia en América Latina –Nicaragua incluida-, es algo que les “preocupa”.
Sin apartar el cinismo que caracteriza a los militarotes norteamericanos cuando hablan de las acciones encubiertas de su gobierno, Kelly indicó en el transcurso de una audiencia en el Senado, que Venezuela los acusa de «planear golpes de Estado» y de querer derribar al Gobierno, «pero para eso no necesitan ninguna ayuda».
Kelly dijo que es muy «triste» ver a un país que posee una de las mayores reservas de petróleo del mundo caer en una «atrofia» económica que ha provocado una inflación rampante y escasez de algunos productos básicos.
«Si (Venezuela) recorta los programas sociales y continúa la escasez, algo que parece inevitable, eso podría provocar mayores tensiones y protestas, lo que podría invitar al presidente Maduro a tomar más medidas represivas contra manifestantes y la oposición», explicó Kelly en un testimonio escrito adicional.
Kelly también mencionó la mayor influencia de Rusia en América Latina y sus intenciones de aumentar su presencia en Cuba, Venezuela y Nicaragua para desplazar navíos o bombarderos, algo que «preocupa» al Pentágono, dijo.
Esos movimientos son vistos por Kelly más como «una molestia que como una amenaza», pero refuerza, en su opinión, la importancia de seguir labrando buenas relaciones con socios en la región, destacó en una rueda de prensa posterior a la audiencia del Senado.
Asimismo, recordó que si Venezuela se ve obligada a recortar su aportación a PetroCaribe (programa de petróleo venezolano subsidiado para el Caribe), eso podría «desencadenar un desplome a nivel regional, lo que incrementaría el riesgo de mayor migración».
El gobierno del presidente Nicolás Maduro, ha denunciado en reiteradas ocasiones la injerencia norteamericana en Venezuela a través de diversos grupos políticos, sindicatos de derecha y ONG financiadas por organismos como la National Endowment for Democracy (NED), con amplia presencia en la nación bolivariana.