“Que se vaya ya”

“Sin notificación no hay negociación”, le dijeron a Cameron sus pares europeos en alusión a que active el procedimiento de salida del bloque. Así, redoblaron la presión al renunciante premier.

 

Los líderes de la Unión Europea (UE) redoblaron su presión sobre David Cameron para que inicie de inmediato el proceso de divorcio del bloque europeo. Al inicio de la cumbre de jefes de Estado y de Gobierno de la UE, la mayoría de los socios europeos se mostraron partidarios de que el Reino Unido active cuanto antes el artículo 50 del Tratado de Lisboa, que establece el mecanismo para que un país abandone el club comunitario. Como el primer ministro británico dijo que se tomará su tiempo para decidir, los referentes europeos buscan apurar a Cameron para que los plazos que establece el artículo comiencen a correr de inmediato y evitar así la estrategia británica de ganar tiempo con negociaciones informales antes de activar el proceso de salida formal, fijado en dos años.

Al llegar a la cumbre en Bruselas, Angela Merkel reiteró que no habrá negociaciones ni formales, ni informales hasta que Londres no inicie el procedimiento de salida. La canciller alemana opinó que no pueden pretender sólo “cosechar las cerezas” de la UE sin hacerse cargo de las responsabilidades. Asimismo, el presidente de la Comisión Europea, Jean Claude Juncker, anunció ayer que prohibió a los comisarios y directores generales de la institución establecer conversaciones privadas o secretas sobre el Brexit con representantes británicos.

“Sin notificación, no hay negociación”, exclamó en sesión extraordinaria del Parlamento Europeo en el que los eurodiputados comenzaron a trazar una hoja de ruta para reformar algunos lineamientos de la UE. En tanto, el presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, anunció que propondrá hoy a los jefes de Estado y de gobierno del bloque la celebración de una cumbre informal –sin el Reino Unido– en septiembre, en Bratislava, para hablar del futuro del proyecto europeo tras la salida de Londres.

Asimismo, Tusk advirtió a Londres que “no empezarán las negociaciones sobre el proceso de divorcio, ni sobre las futuras relaciones” entre las partes hasta que finalmente notifiquen su salida. Por su parte, el presidente de Francia, Francois Hollande, quien también reclamó la activación del artículo 50, consideró que es una suerte estar en Europa si se tiene en cuenta la situación en la que está el Reino Unido tras el referéndum celebrado el jueves pasado en el que el 51 por ciento de los británicos eligió abandonar el bloque.

El primer ministro italiano, Matteo Renzi, señaló que el shock del Brexit podría tener un efecto positivo si todos, incluida Italia, aceptan “el reto de una Europa más capaz, de valores intensos, sociales, una Europa con alma y que no solo mire la cartera”. Por primera vez después del Brexit, los mercados financieros mundiales mostraron ayer una leve mejora y la libra esterlina comenzó a repuntar después de alcanzar su precio más bajo frente al dólar en 31 años.

Cameron, quien renunció al conocer la victoria del Brexit pero seguirá en su puesto hasta octubre, consideró que aunque el Reino Unido deje la Unión Europea, “no hay que darle la espalda a Europa” y hay que buscar mantener una relación lo más cercana posible. El ex alcalde de Londres Boris Johnson, el líder conservador con mayores posibilidades de reemplazarlo, publicó el lunes en un diario británico una columna de opinión en la que señala el acuerdo que le interesaría alcanzar con Bruselas para mantenerse el el bloque.

En su columna sostiene que espera que el Reino Unido mantenga su libre comercio con la UE, que el bloque imponga algunas restricciones a la inmigración y que se reduzca el dinero que actualmente se destina a Bruselas. Bajo esas condiciones, sostiene Johnson, no habría necesidad de invocar el artículo 50. “No acepto estar sometidos a un chantaje infinito del Reino Unido”, dijo el jefe de gobierno belga, Charles Michel, al llegar a Bruselas, y agregó que rechazaba el doble juego de Londres de querer presentar “un folletín que dure meses y bloquee el proyecto europeo”.

El primer ministro griego, Alexis Tsipras, protagonista el año pasado de un proceso que casi obliga a Atenas a abandonar el bloque europeo en medio de una grave crisis económica, definió el Brexit como una crisis predecible a la que finalmente llegó la UE por el déficit democrático y la ausencia de cohesión y de solidaridad. Por su parte, la presidenta de Lituania, Dalia Grybauskaite, consideró que hay Estados “irritados con un enfoque más federalista”, mientras que “otros prefieren más flexibilidad”. En ese sentido, llamó a tener la cabeza fría para hallar soluciones al Brexit. Consultada por la posibilidad de que Londres nunca llegue a activar el artículo 50, Grybauskaite se limitó a decir: “Bienvenidos, bienvenidos de vuelta”.

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