¿Qué significa el clamor de quitar a la policías que cunde en EEUU?

Entre las demandas de muchos de los manifestantes que han salido a las calles de Estados Unidos en repudio del racismo y la brutalidad policiaca figura una que ha generado un debate de  considerable dimensión: la exigencia de eliminar o recortar fuertemente el presupuesto de los departamentos de policía del país. ‘Defund police’, es el clamor que se escucha en manifestaciones en paralelo a los llamados de justicia para George Floyd.

Esa exigencia parte, en gran medida, de la noción de que las agrupaciones policiacas en Estados Unidos no tienen, en su condición actual, la verdadera capacidad o interés de reformarse a fondo para expurgar de ellos las conductas y prácticas que conducen a la brutalidad policiaca y de depurar a los oficiales que han incurrido en ellas o no cumplan los criterios suficientes para, al menos en la teoría, no perpetrarla en el futuro.

Aunque no se trata de una exigencia nueva, es una demanda que ha cobrado enorme resonancia ante la indignación por la reciente muerte de Floyd a manos de policías en Minneapolis, Minnesota, un caso de brutalidad policiaca que ha consternado al país y encendido una ola de protestas como no se había visto en mucho tiempo en Estados Unidos.

Justo en esa ciudad, miembros del cabildo municipal se han comprometido a desmantelar su departamento de policía y señalaron que “décadas de esfuerzos para reformar la policía han comprobado que el Departamento de Policía de Minneapolis no puede ser reformado y nunca rendirá cuentas por sus actos… Estamos aquí hoy para comenzar el proceso de terminar con el Departamento de Policía de Minneapolis y de crear un nuevo y transformativo modelo de cultivar la seguridad en Minneapolis”, indicó el periódico Star Tribune.

El alcalde de Minneapolis, con todo, si bien apoya una transformación a fondo de la policía no está de acuerdo con los planteamientos más radicales de los concejales de su cabildo.

Pero el debate sobre el quitar financiamiento a las policías, o incluso sobre su abolición, es complejo y tenso en sí, y las interpretaciones sobre el significado, alcance e implicaciones de ello varían.

Una visión extrema, que muchos consideran implausible, es simplemente que la policía deje de existir, es decir que la sociedad no cuente con una fuerza civil de orden, vigilancia, protección y combate al crimen. Algunos países, por ejemplo, han abolido el ejército pero cuentan con una policía encargada de la protección de su sociedad. Y muchos afirman que eliminar por completo las policías, en una sociedad con la criminalidad, las desigualdades y las tensiones que existen en Estados Unidos, no sería factible pues crearía un peligroso vacío y se agudizaría la inseguridad.

La noción de una sociedad sin policía sería, así, una utopía. Pero no lo sería la de tener una policía diferente, libre de los problemas de abuso, brutalidad, impunidad y falta de transparencia, que sirva,  responda a plenitud y rinda cuentas claras a una comunidad fortalecida.

Es decir, lo que la policía en sí debe ser, y a lo aspiran tanto las comunidades como los policías respetables, íntegros y socialmente sensibles.

 

 

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