No es ninguna sorpresa que la Embajada de los EEUU en el país se sume a los partidos políticos y grupos de derecha, así como un pequeñísimo sector de la Iglesia Católica, en sus lamentos por una observación internacional de unos comicios que se llevarán a cabo hasta dentro de nueve meses. Tal vez con ellos esperan sumar “seguidores” en sus campañas proselitistas.
Lejanas se escuchan las declaraciones de la embajadora Laura Dogu, quien al brindar su primera conferencia de prensa dijo que venía a contribuir y no a inmiscuirse en la política interna del país. Su discurso ahora lo cambió al solicitar “elecciones libres, transparentes y observación extranjera”, acompañada de la fanfarria de sus eternos aliados locales.
Todo amarrado dentro del PLI
El disidente del PLI, Edgard Matamoros, líder del Movimiento Unidad con Dignidad, es uno de los que criticó de forma pública el sistema de elección de candidatos anunciado por Eduardo Montealegre, presidente de ese partido político. Existen otros inconformes dentro de dicha alianza liberal, pero temen expresarlo abiertamente, lo que deja ver la falsa libertad de pensamiento que existe en esa organización.
Según lo planteado por Montealegre, las “bases” elegirán a los candidatos a diputados en los municipios, luego estos a los candidatos en la boletas para diputaciones nacionales y después este grupo a la fórmula presidencial, lo que fue calificado por Matamoros como un método absurdo que obedece a una estrategia de garantizarle la reelección de los actuales diputados.
Hagamos… el ridículo
Solo en las delirantes cabeza de los organizadores de la farsa elaborada por el grupo Hagamos Democracia, a la que llamaron “Elecciones Primarias”, y de su candidatos participantes, se albergaba la idea de que la ciudadanía se iba a desbordar para inscribirse en un proyecto que lejos de perseguir un cambió en el ámbito político, dejó jugosas ganancias a sus patrocinadores.
Con mucha “tristeza”, tanto el llamado Tribunal Electoral Cívico (TEC), conformado por directivos de Hagamos Democracia como los partidos políticos que participan en esa burda representación, declararon que las inscripciones de los ciudadanos en el padrón electoral de las primarias no “fueron satisfactorios” y “confían” que en el futuro este experimento valga la pena.
Un “hasta luego” a embajador de Rusia
Tras concluir su exitosa misión diplomática en Nicaragua, el canciller de la República, Samuel Santos, condecoró este lunes al embajador ruso Nikolay Vladimir con la orden José de Marcoleta en el grado de “Gran Cruz”, por su valioso aporte y gestión en el fortalecimiento y gestión de los lazos de amistad y cooperación entre ambas naciones.
El Ministro de Relaciones Exteriores nicaragüense agregó que Vladimir contribuyó de manera decidida a lograr visitas de alto nivel de representantes del Gobierno de Rusia, entre las que destaca la del presidente Vladimir Putin en julio del 2014.
Por su parte, el embajador Vladimir señaló que la cooperación de Rusia hacia Nicaragua se basó en áreas de vital importancia para el desarrollo de una nación, como es el sector salud, en la lucha contra el narcotráfico y el crimen organizado, en ciencia y en un futuro fortalecer las áreas de educación y cultura.