El exmandatario Rafael Correa sostuvo que es falso que se esté produciendo un golpe de Estado en su país e instó al Gobierno a adelantar elecciones. Entre tanto, el Gobierno retomó el control del Congreso, ocupado momentáneamente por manifestantes.
Horas después de que el presidente ecuatoriano Lenín Moreno, lo acusara de ser el provocador de la ola de protestas que sacude a Ecuador, el exmandatario Rafael Correa, que gobernó el país entre 2007 y 2017, respondió a su sucesor:
«Nos llaman golpistas cuando llevamos dos años de la peor persecución política. Aquí no hay golpistas, los conflictos en democracia se resuelven en las urnas», dijo el exmandatario en un video difundido en las redes sociales, retando así al Gobierno a solucionar la crisis en las urnas.
Ecuador vive desde el pasado 3 de octubre el estallido de una serie de protestas y disturbios que surgieron como respuesta al anuncio de una batería de medidas de austeridad impuestas por el Ejecutivo de Moreno, entre las que figura la cancelación del subsidio a los combustibles.
El llamado ‘paquetazo’ forma parte de una estrategia para incrementar los ingresos del Estado para satisfacer las demandas del Fondo Monetario Internacional, institución que junto a otras concedió recientemente al país a una línea de crédito por 4.200 millones de dólares.
Para el expresidente Correa, las medidas de Moreno no se necesitaban: «Es pura corrupción e ineptitud, mientras ellos (la clase política) se reducen sus impuestos», afirmó el exmandatario, que reside en Bélgica y no puede regresar a Ecuador.
Correa, que está requerido por la Justicia de su país por distintos casos de presunta corrupción, aseguró que el adelanto de las elecciones está contemplado en las leyes de su país para casos de «conmoción social» y que, de celebrarse, «el resultado será más contundente que en las calles».
Las autoridades retoman el Parlamento, ocupado por manifestantes indígenas
Este 8 de octubre, las fuerzas de seguridad, consiguieron, mediante el uso de la fuerza y gases lacrimógenos, desalojar a cientos de manifestantes que se habían atrincherado en la entrada principal del Parlamento ecuatoriano y establecer cercos de seguridad en la plaza principal que da acceso a la sede parlamentaria.
La actividad en la Asamblea Nacional se encontraba suspendida después de que en la víspera se produjeran altercados en las inmediaciones que obligaron a desalojar la Cámara. Poco después de la recuperación del Parlamento, el presidente Moreno ordenó mediante un decreto, la restricción de las áreas en edificios gubernamentales.
La Cámara, situada en la capital, Quito, se encuentra a poca distancia de un parque que fue el epicentro de una concentración a la que acudieron unos 10.000 integrantes de colectivos indígenas quienes preparan una marcha multitudinaria para exigir la derogación de las recientes medidas económicas o la salida del presidente Lenín Moreno.
La Organización de Estados Americanos se manifiesta a favor de Moreno
El llamado de Correa a adelantar los comicios en el país tuvo una rápida respuesta de la Organización de Estados Americanos (OEA). Su presidente, Luis Almagro, manifestó su rechazo a «cualquier forma de interrupción» del Gobierno de Moreno y consideró «fundamental» que se le permita finalizar su mandato.
El secretario general del organismo reaccionaba así a las peticiones del expresidente ecuatoriano Rafael Correa y de legisladores leales a él que promueven un adelanto electoral. Además de la OEA, algunos países, entre los que figuran Brasil, Argentina y Colombia, expresaron su «firme respaldo» a Moreno.
Este 8 de octubre se cumple el sexto día consecutivo de protestas en el país. En medio de esta situación, el Gobierno ya informó de un total de 570 arrestos hasta la fecha y el Ejecutivo de Moreno se mostró abierto a una eventual mediación internacional de la crisis a través de la Organización de Naciones Unidas o de la iglesia Católica.
Este 8 de octubre se cumple el sexto día consecutivo de protestas en el país. En medio de esta situación, el Gobierno ya informó de un total de 570 arrestos hasta la fecha y el Ejecutivo de Moreno se mostró abierto a una eventual mediación internacional de la crisis a través de la Organización de Naciones Unidas o de la iglesia Católica.