El presidente cubano visita de manera oficial por primera vez a un gran país europeo.
El presidente de Cuba, Raúl Castro, ya está en París. Llegó ayer a la capital francesa en visita privada y mañana inicia una estancia oficial calificada de histórica por ambas partes. Es la primera vez que Francia recibe a un presidente cubano en los últimos 21 años. Hoy, con los embargos comerciales cayendo uno a uno, Castro y el presidente francés François Hollande escenifican su determinación de aprovechar las ventajas que brinda la apertura económica de la isla para ambos países. La parcial condonación de la deuda por parte de Francia, su principal acreedor, acelera el proceso.
Raúl Castro devuelve esta semana la visita al socialista François Hollande, que fue el primer mandatario occidental en acudir a La Habana, en mayo pasado, tras el acuerdo suscrito con Estados Unidos de normalización de relaciones. “El embargo y el aislamiento de La Habana no ha dado resultado”, explican en el palacio del Elíseo. “Los intercambios bilaterales ofrecen una oportunidad”. El Gobierno francés privilegia su relación con Cuba porque estima también su enorme influencia en el resto de América Latina.
En mayo, Hollande y Castro acordaron renegociar la deuda del país caribeño. A partir de ese momento, Francia peleó en el seno del Club de París (que agrupa a 16 países ricos acreedores de deuda oficial, no privada) para conseguirlo y el acuerdo quedó suscrito a mediados de diciembre.
La deuda de La Habana con el club se eleva a casi 11.000 millones de euros y casi la mitad (4.154) corresponden a Francia. Por dicho acuerdo, se cancelaron unos 7.900 millones correspondientes a intereses vencidos (Cuba dejó de pagar en 1986) y La Habana se ha comprometido a cancelar el principal (2.400 millones) en un plazo de 18 años. Parte de la deuda pendiente con Francia (332 millones) se utilizará para programas conjuntos de desarrollo en la isla. París está acelerando la puesta en marcha en Cuba de la Agencia Francesa de Desarrollo para poder llevarlos a cabo.
Al margen del acuerdo del Club de París, a principios de noviembre, España también renegoció la deuda con Cuba (186 millones), condonándole la totalidad de los intereses y parte del principal. El resto, La Habana lo pagará en 10 años.
Estos acuerdos permiten el retorno a la isla de los operadores extranjeros, aunque muchos nunca se fueron. La presencia del capital francés en Cuba no está al nivel del español, pero el estrechamiento de las relaciones bilaterales y la pujanza de las firmas galas pueden multiplicar los intercambios de manera notable. París exhibe de ejemplo de buena cooperación la ya veterana asociación de Pernod-Ricard con el ron Havana Club.
Las principales firmas francesas que operan en la isla son también Accor, Bouygues, Total, Alstom, Air France y Alcatel-Lucent. Esta última ha instalado el cable de fibra óptica submarina que une Venezuela con Cuba. Además de todo ello, ambos países colaboran en la investigación médica (el ébola, fundamentalmente) y Francia dispone en la isla de dos sedes de la Alianza Francesa: una en La Habana y otra en Santiago.
Para Cuba, no cabe duda de que la visita cobra una especial importancia en cuanto a su vuelta a la escena internacional. La Habana confía en que la visita permitirá a Cuba “ampliar y diversificar sus relaciones con Francia en todas las áreas posibles: política, economía, comercio, finanzas, inversión, cultura y cooperación”, explicaba esta semana a los medios el viceministro de Asuntos Exteriores cubano, Rogelio Sierra.
Es la primera visita de Estado de Castro a Europa, si se excluye su viaje al Vaticano, desde que sucedió a su hermano Fidel al frente del liderazgo cubano en 2006. Fidel Castro había visitado Francia en 1995 para reunirse con el entonces presidente François Mitterrand.
Hollande recibirá el lunes a Raúl Castro bajo el Arco de Triunfo, al final de los Campos Elíseos que ya están cubiertos de banderas cubanas.