A propósito de la disposición del gobierno sandinista de abrir un debate sobre las redes sociales, con el consiguiente malestar de los medios de comunicación de la oligarquía y los ONG opositores, es válido recordar las palabras del sabio y escritor italiano Umberto Eco, fallecido hace dos años.
Hace unos cuatro años, el también filósofo italiano se mostró hastiado de algo que se ha convertido en un verdadero problema: el libertinaje en las redes sociales que ha dado pie a un inmenso “río revuelto” aprovechado por políticos inescrupulosos y dueños de medios de comunicación para alentar las peores maledicencias en contra de sus rivales.
Generalmente desde el anonimato, enemigos políticos o personales sueltan terribles difamaciones basándose únicamente en odios enfermizos, sin aportar ninguna prueba que legitime sus afirmaciones.
Ese tipo de publicaciones, condenadas en naciones civilizadas, son defendidas en Nicaragua como parte de la “libertad de expresión”, como si calumniar, escribir desatinos, vulgaridades y todo tipo de exabruptos, formaran parte del acervo informativo de una nación.
¿Por qué son defendidas aquí? Únicamente porque permiten que personas ligadas estrechamente a los grupos opositores –que incluyen a La Prensa, Confidencial y otros-, den rienda suelta a sus frustraciones sin importarles pasar por encima de la honra de las personas que no forman parte de su reducido círculo de amargados.
La libertad de expresión es otra cosa, y de ella hacen uso ilimitado y hasta exacerbado los medios de comunicación pinoleros y sus Fundaciones, pertrechadas con millones de dólares cada año por la ultraderecha norteamericana y europea.
Volvamos con el sabio Umberto Eco, quien en particular acusó a las redes sociales de haber generado una «invasión de imbéciles», ya que «dan el derecho de hablar a legiones de idiotas».
«Las redes sociales le dan el derecho de hablar a legiones de idiotas que primero hablaban sólo en el bar después de un vaso de vino, sin dañar a la comunidad. Ellos rápidamente eran silenciados, pero ahora tienen el mismo derecho a hablar que un premio Nobel. Es la invasión de los imbéciles», reiteró Eco en declaraciones recogidas por el diario ‘La Stampa’.
Y siguió: «Si la televisión había promovido al tonto del pueblo, ante el cual el espectador se sentía superior», el «drama de Internet es que ha promovido al tonto del pueblo como el portador de la verdad».
El escritor y filósofo italiano admitió que «no se puede frenar el avance de Internet» y agregó que el problema de la Red «no es solo reconocer los riesgos evidentes, sino también decidir cómo acostumbrar y educar a los jóvenes a usarlo de una manera crítica».