Reinicio de conversaciones Washington-Caracas: ¿Qué puede cambiar?

 

Ociel Alí López | RT

A menos de un mes de las presidenciales en Venezuela, varios actores internacionales mueven sus fichas. El primero fue Washington. El presidente Nicolás Maduro anunció este lunes el reinicio de las negociaciones con el Gobierno de EEUU.

Venezuela ha estado bastante alejada de las primeras páginas de los medios internacionales, a diferencia de lo que ocurrió en años anteriores. Además, su economía se ha estabilizado, saliendo de la hiperinflación que hoy asecha en otros países.

Parece que algo está pasando, y es que después de 9 años, este 28 de julio todos los sectores políticos, sin excepción, participarán en los comicios que demarcarán el devenir en el próximo sexenio. Por esto, los próximos días el país caribeño estará en la mira del mundo.

Comienza la campaña

Oficialmente, la campaña presidencial arrancó este jueves con sendas movilizaciones del oficialista Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) y el opositor Plataforma Unitaria. Sin embargo, desde hace semanas, ya los candidatos y líderes se han desplegado por el país y han disputado sus calles, sin saldos negativos que lamentar.

Los caminos rupturistas que tomó la oposición el último decenio, de la mano de Washington, terminaron todos en rotundos fracasos. Haber vuelto al camino electoral significa para el país una tendencia a la estabilización política. Sin embargo, aún quedan días intensos en los que se va a decidir el futuro del país.

En la medida en que la oposición logra reunificarse y el discurso insurreccional y abstencionista cede ante el discurso de participación electoral, se regulariza de facto la plena competitividad en el ejercicio electoral, que aumenta la probabilidad de un resultado cerrado el 28 de julio, fecha de los comicios.

El candidato de la coalición opositora Plataforma Unitaria, Edmundo González, ha venido alineándose cada vez más con el discurso de Washington, justificando las sanciones unilaterales, hablando de justicia transaccional y agudizando el verbo, el cual había sido más moderado cuando lanzaron su candidatura a finales de mayo.

Cantada ya la recta final, no solo se abre el escenario electoral sino también el de un diálogo con el Gobierno de EEUU, que ha usado todas las estrategias para generar un cambio en el poder político.

EEUU: del garrote a la zanahoria

Ante la coyuntura, los países occidentales han sido más bien parcos. La derecha latinoamericana también. Al menos por ahora, los agresivos discursos pidiendo intervención o mayores sanciones ha dejado paso a cierto silencio.

Quizá, aún esté muy en la memoria la aventura rupturista que instaló el «gobierno paralelo» de Juan Guaidó, que resultó en un simulacro tan promocionado como ridículo.

No obstante, desde aquel momento ha quedado instalado un régimen de condena ilegal contra el país que, entre otras cosas, coloca al presidente y candidato Maduro en una lista de sancionados, lo que va a seguir haciendo sombra en el proceso comicial y su resultado.

Con el candidato chavista sancionado, las partículas más radicales de la derecha, que en el pasado reciente han dinamitado el camino electoral que hoy se impone, se frotan las manos ante el auge desmedido que ha tenido la candidatura del expresidente estadounidense Donald Trump y esperan un escenario que le permita obtener nuevamente una «luz verde» para aplicar procesos de «tabula rasa» contra el chavismo.

Pero antes tendrán que enfrentar la fuerza institucional que ha acumulado el chavismo luego de sus triunfos electorales y el abstencionismo opositor que se había vuelto crónico y los llevó a perder todos sus cargos en el andamiaje de los poderes del Estado.

Además, el chavismo ha contado con unas fuerzas armadas muy cohesionadas y leales (incluso en momentos de fuerte presión internacional) y cuenta con el control de la industria petrolera. Por lo tanto, el hipotético ascenso del antichavismo podría conducir a una nueva inestabilidad en el país.

El día de las presidenciales se acerca y las miradas viran hacia Venezuela. En pocos días el mundo sabrá cuál escenario se impondrá para el próximo sexenio. Mientras tanto, las movilizaciones ocurren a diario, las concentraciones se van volviendo más grandes con el paso de los días, y el país se prepara para una campaña electoral como los de antes.

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