Prensa Latina
* “En general, no necesitamos mucho de Estados Unidos. Necesitamos que reconozca nuestros intereses nacionales, que nos respete y que esté dispuesto a dialogar con nosotros en condiciones de igualdad y respeto mutuo», manifestó el embajador euroasiático en Washington.
El embajador ruso en Estados Unidos, Anatoli Antónov, destacó hoy la disposición de Rusia de dialogar con Washington, pese a los intentos de Occidente de aislar al país del resto del mundo.
«La presión crece en todas las direcciones: la Casa Blanca dirige a sus enviados a países asiáticos, africanos y latinoamericanos con el objetivo de convencer a las autoridades de que cesen su cooperación con Rusia», refirió el diplomático en declaraciones al canal Rossiya 24.
Antónov destacó que las presiones de las autoridades estadounidenses sobre sus aliados para socavar la economía de la nación euroasiática parecen no cesar, “buscan imponer el régimen unipolar ya caducado”, enfatizó.
Por otra parte, precisó que el Tratado de Reducción de Armas Estratégicas Start III firmado entre Rusia y Estados Unidos expira en 2026, por lo que las dos potencias nucleares deben llevar a cabo negociaciones sobre una base de igualdad para decidir sobre el futuro de este pacto, esencial para la paz mundial.
«Hoy en día, el Start III es el patrón oro del control de armamento que debemos mantener», recalcó, mientras recordó las palabras de los presidentes de ambos países pronunciadas en Ginebra, cuando afirmaron que “nunca debería iniciarse una guerra nuclear, no puede haber vencedores en semejante conflicto».
El embajador aseguró que sus colegas en Moscú están dispuestos a mantener negociaciones directas sobre el Tratado y solo «hace falta aclarar si Washington tiene la misma voluntad».
En relación con las sanciones que Washington introdujo contra los combustibles rusos, aseveró que al «dividir los mercados energéticos en buenos y malos», la Casa Blanca desestabiliza el sector, hace subir los precios y contribuye al aumento de la inflación. Al respecto, afirmó que el objetivo es privar a Rusia de ingresos, y obligarla a suministrar recursos a precios no rentables y con pérdidas.
En ese sentido, advirtió que, como resultado de estas políticas para limitar el importe de los hidrocarburos rusos, se producirá una redistribución de los flujos de mercancías «no a favor de los países occidentales». Antónov confirmó que el Kremlin no exige nada imposible al Gobierno estadounidense, “nos conformamos con el respeto por nuestros intereses nacionales”.
«En general, no necesitamos mucho de Estados Unidos. Necesitamos que reconozca nuestros intereses nacionales, que nos respete y que esté dispuesto a dialogar con nosotros en condiciones de igualdad y respeto mutuo», manifestó el diplomático ruso.
Tras el inicio de la operación militar especial rusa en Ucrania, el pasado 24 de febrero, numerosos países, en su mayoría de Occidente, activaron varias baterías de sanciones individuales y sectoriales con la intención de infligirle a la economía de la nación euroasiática el mayor daño posible, y así presionar a Moscú para detener las hostilidades.