El canciller de Rusia, Serguéi Lavrov, afirmó el martes que el Gobierno de Estados Unidos intenta ‘camuflar’ una intervención militar en Venezuela.
En declaraciones realizadas en una rueda de prensa celebrada en Moscú (la capital rusa) Lavrov ha acusado a EE.UU. de disimular una intervención militar en Venezuela con la resolución presentada para facilitar la llegada de ayuda humanitaria.
EE.UU. propuso un proyecto de resolución al Consejo de Seguridad de Naciones Unidas (CSNU) en el que pide al Gobierno venezolano, presidido por Nicolás Maduro, facilitar la entrada de una supuesta “ayuda humanitaria”, además de que se comprometa a la realización de nuevas elecciones presidenciales.
El jefe de la Diplomacia de Rusia ha considerado la propuesta norteamericana un intento de “camuflar las provocaciones que se están urdiendo con el envío de ayuda humanitaria como medio para desestabilizar la situación en Venezuela, cuando no obtener el pretexto para una intervención militar directa”.
“El Consejo de Seguridad jamás adoptará semejante decisión”, ha asegurado el ministro ruso de Exteriores, para luego subrayar que la oposición venezolana rechaza la oferta de diálogo de Maduro.
El domingo, el Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR), dijo que no distribuirá la “ayuda humanitaria” de EE.UU. a Venezuela porque, a su parecer, esta iniciativa carece de todo carácter humanitario.
Lavrov ha añadido que esta misma jornada discutirá la situación de Venezuela con el secretario de Estado de EE.UU., Mike Pompeo, en una conversación telefónica.
Desde el inicio de la crisis política en Venezuela el pasado 23 de enero, cuando Juan Guaidó, jefe de la Asamblea Nacional (AN) venezolana —declarada en desacato en 2016 y controlada por la oposición— se autoproclamó “presidente interino” del país, Caracas ha denunciado que Washington pretende imponer, con un golpe de Estado, un gobierno “títere”.
Pese al reiterado llamado del presidente de Venezuela a entablar un diálogo tanto con la oposición como con EE.UU., estos se niegan a sentarse en la mesa de conversaciones y buscan el fin del Gobierno de Maduro.
Además, el vicepresidente estadounidense, Mike Pence, dijo el pasado 1 de febrero que “ahora no es momento de dialogar, sino de entrar en acción” contra el Gobierno de Maduro, elegido en unas elecciones democráticas que se celebraron en mayo de 2018.
En tanto, El senador estadounidense Marco Rubio en una actitud prepotente auguró lo ‘peor’ para Nicolás Maduro, mientras advirtió de que garantías para militares venezolanos son temporales.
“A partir de aquí solo se pone peor para Maduro”, así lo afirmó el legislador republicano cubano-estadounidense, Rubio, en un foro en el centro de pensamiento conservador Heritage Foundation, situado en Washington.
Por otro lado, Rubio se refirió al presidente venezolano de la Asamblea Nacional Constituyente (ANC), Diosdado Cabello, para cual, según el senador, “no existe futuro, simplemente en una cárcel”.
Rubio, una de las voces más críticas con el Ejecutivo de Maduro, volvió a llamar a los militares venezolanos a sublevarse contra el presidente Maduro y a apoyar al jefe de la Asamblea Nacional (AN) venezolana —de mayoría opositora y declarada en desacato— el golpista Juan Guaidó, quién se autoproclamó el pasado enero “presidente encargado” del país.
De hecho, Rubio advirtió a los uniformados de que las garantías ofrecidas por Guaidó y Washington para el personal militar venezolano si apoyan el golpe de Estado “no estarán para siempre”.
“Estas ofertas que existen ahora no estarán ahí siempre. Deben tomar una decisión muy pronto sobre en qué lado de la ecuación quieren estar”, indicó.
En todo caso, el senador por Florida, quien fue uno de los primeros políticos de EE.UU. en pedir al presidente estadounidense, Donald Trump, que reconociera a Guaidó, enfatizó que “no es fácil cambiar un régimen de un día al otro”.
Al igual que hizo Trump en varias ocasiones, Rubio mencionó el uso de la fuerza militar contra Caracas al reiterar que “todas las opciones están encima de la mesa” para superar la “crisis” que atraviesa el país caribeño.
Venezuela sufre una presión sin precedentes de Washington, que incluso ha llegado a tomar pasos osados como sancionar a la estatal Petróleos de Venezuela, S.A. (PDVSA) y congelar activos por 7000 millones de dólares del Gobierno de Caracas.
Toda esta campaña tiene como objetivo obligar al dirigente Maduro a dejar el poder a Guaidó y realizar nuevas elecciones presidenciales, a pesar de que el gobernante chavista se impuso de manera categórica en los comicios de mayo pasado.