Prensa Latina
El presidente ruso, Vladimir Putin, y su homólogo estadounidense, Joe Biden, conversarán hoy por quinta vez en lo que va de año, intercambio indispensable en medio de un clima de fuertes tensiones entre las partes.
Según el asesor del mandatario ruso, Yuri Ushakov, al igual que Moscú, Washington comprende lo importante y necesario que es este diálogo, aunque el secretario de prensa del Kremlin, Dmitri Peskov, pidió no dejarse llevar por expectativas “exaltadas y emocionales» sobre sus posibles resultados.
El portavoz presidencial fue claro: “Es muy difícil esperar avances de las conversaciones”. Y reconoció los grandes obstáculos que se interponen en las relaciones bilaterales, “casi imposible limpiarlos así de fácil, con unas pocas horas de conversación”.
Para Peskov, sería un logro que este martes ambos jefes de Estado fueran capaces de expresar sus preocupaciones y responder a ellas. No obstante, reconoció que “hay cierto resurgimiento en las relaciones entre los dos países”» y se está iniciando un diálogo en algunas áreas.
Sin duda, en estos 12 meses hubo momentos de respiro entre los contrincantes, como en febrero, cuando ambos países aprobaron la extensión hasta 2026 del Tratado de Reducción de Armas Nucleares, más conocido como START III, el único acuerdo armamentístico que sobrevive entre ambos Gobiernos.
Otro fue la cumbre de sus mandatarios, del 16 de junio en Ginebra, un primer paso en el largo camino hacia un acercamiento en temas clave como estabilidad estratégica, control de armas, ciberseguridad, enfrentamiento al terrorismo y al cambio climático, entre otros desafíos que marcan la agenda global.
Está claro que hay muchos asuntos por resolver, también que existen grandes diferencias conceptuales a la hora de encarar los problemas, pero que Putin y Biden se vieran las caras y viraran las cartas sobre la mesa de negociaciones, resultó alentador.
Según medios estadounidenses, un portavoz de la administración de Biden reconoció que, no hay nada que sustituya el diálogo directo entre los dirigentes, y es “totalmente cierto en lo que respecta a las relaciones entre Estados Unidos y Rusia”.
En declaraciones a la prensa de su país, el secretario de Estado, Antony Blinken, adelantó que, durante la conversación, su presidente declarará la disposición de Washington para establecer unas relaciones más estables con Moscú.
Aunque aseguró también que Biden tiene la intención de “tener una postura firme sobre cualquier acción imprudente o agresiva que Rusia pueda tomar”, lo que evidencia que el diálogo entre los representantes de las dos potencias no será fácil.
El mandatario ruso llevará al intercambio la propuesta de establecer acuerdos legales que eviten el avance de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) hacia el este y el despliegue en países vecinos de sistemas de armamento que amenazan la seguridad de la nación euroasiática.
Según el asesor del presidente ruso, Yuri Ushakov, dada la tensa situación actual, se planteará la necesidad urgente de obtener tales garantías, y plasmar los acuerdos en el papel.
En el pasado, tanto la Unión Soviética como Rusia escucharon promesas de que las estructuras militares de la OTAN no se extenderían hacia el oriente, pero “resultó que estas garantías verbales no tienen valor”, recordó.
Sobre el tema, la secretaria de prensa de la Casa Blanca, Jen Psaki, subrayó que la teleconferencia será una oportunidad para que Biden enfatice su preocupación sobre la supuesta actividad militar rusa en la frontera con Ucrania, y para reafirmar el apoyo estadounidense al Gobierno de Kiev.
El pasado viernes, en declaraciones a la prensa, Biden rechazó las exigencias de garantías de seguridad por parte de Rusia, acerca del avance de la Alianza Atlántica hacia el este y el despliegue de sistemas de ataque en territorio ucraniano.
“No reconozco ninguna línea roja”, respondió el presidente de Estados Unidos acerca de este asunto. Sin embargo, en su discurso anual a la nación, en abril pasado, Putin llamó la atención sobre el peligro que constituiría cruzar las que llamó “líneas rojas”, en referencia a cualquier amenaza contra la seguridad del país.
Advirtió que si alguien percibe las buenas intenciones de Moscú “como indiferencia o debilidad” sabrá que “la respuesta de Rusia será asimétrica, rápida y dura”.