Rusia ha eliminado a casi 5.000 mercenarios extranjeros que habían estado operando en Ucrania desde el inicio de la guerra, ha revelado el Ministerio de Defensa ruso.
En total, desde el año pasado, 11.675 combatientes extranjeros, de 84 nacionalidades diferentes, se han unido a las filas del ejército ucraniano para participar en las hostilidades.
Los mercenarios proceden principalmente de Polonia, Estados Unidos, Canadá, Georgia, Reino Unido, Rumanía, Croacia, Francia y Rojava, la región del norte de Siria que permanece bajo control turco.
Según Tass, la afluencia de mercenarios se redujo drásticamente después de las primeras pérdidas registradas. Los meses de marzo y abril del año pasado vieron el mayor número de llegadas. Polonia fue el mayor contribuyente de mercenarios con más de 2.600 efectivos, seguido de Estados Unidos y Canadá (900 personas o más), Georgia (más de 800 personas), Reino Unido y Rumania (700 personas o más), Croacia (más de 300 personas), así como Francia y Rojava (200 personas o más).
Ucrania puso a los mercenarios en primera línea y llegaron las pérdidas. Más de 4.800 combatientes, principalmente de Estados Unidos, Canadá y países europeos, se perdieron en el campo de batalla. El Ministerio de Defensa ruso dice que otros tantos han huido del territorio ucraniano debido a la intensidad de los combates.
Los mandos del ejército ucraniano no son responsables de las pérdidas entre los mercenarios, según han confesado los militares ucranianos capturados.
Actualmente más de 2.000 mercenarios extranjeros siguen combatiendo en el ejército ucraniano y su papel sigue siendo el mismo que al principio: carne de cañón.