Rusia y China son rivales y competidoras, pero eso no les impide crear un potente eje del nuevo orden mundial. A pesar de las numerosas contradicciones existentes entre los dos países, los une un deseo común de resistir a la hegemonía de EE.UU., afirma ‘The Guardian’.
Las cumbres de la Organización de Cooperación de Shanghái (OCS) y del BRICS que se llevarán a cabo esta semana en Ufá (Rusia), indican que Moscú tiene confianza para asumir el liderazgo en las partes del mundo que más rápidamente se desarrollan en la actualidad, escribió ‘The Guardian’.
«Olvídense de las cumbres europeas y las reuniones del G7: para las potencias que más crecen en el mundo las verdaderas cumbres se celebrarán esta semana en el centro de Rusia, y estarán presididas por Vladímir Putin», declaró el diario británico.
Los líderes de Brasil, Rusia, la India, China y Sudáfrica se reunirán en la cumbre del BRICS el día 8 de julio. Dos días más tarde, Rusia y China también negociarán en el marco de la OCS junto a otros cuatro jefes de Estados involucrados. Además de estos dos bloques, Moscú y Pekín colaboran en el Consejo de Seguridad de la ONU, la APEC y el G20, lo que demuestra la fuerte conexión entre ambos países.
El intercambio comercial entre los dos Estados ha aumentado un 600% en la última década. El año pasado Moscú y Pekín iniciaron el mayor acuerdo de gas de la historia. Este verano buques de guerra rusos y chinos realizaron maniobras conjuntas en el Mediterráneo. Además, los presidentes de Rusia y China el próximo septiembre asistirán en Pekín a la ceremonia del 70.º aniversario del fin de la Segunda Guerra Mundial.