Sanciones a medios rusos por no ser afines a Estados Unidos

 

Ricardo Pérez | Sputnik

Las sanciones a medios rusos anunciadas por el Departamento del Tesoro de EEUU, son parte de una batalla iniciada en Occidente desde el inicio de la operación militar especial rusa en Ucrania en febrero de 2022. Una batalla que, dicen analistas a Sputnik, busca mantener una hegemonía estadounidense en el discurso global para aislar a Moscú.

Pese a los embates orquestados desde Washington, este nuevo intento de «callar» la versión rusa de la historia tendrá un efecto similar a las sanciones económicas impuestas al país euroasiático desde hace más de dos años, las cuales, lejos de afectar la economía rusa, la han fortalecido.

«No veo ni en el corto ni en el mediano ni en el largo plazo un éxito hacia la forma de callar a los medios rusos, porque va mucho de la mano el reconocimiento que se tiene a través de la proyección de la política exterior de Rusia (…) Esta política exterior que se afianza en África, en América Latina y en Asia», observa en entrevista con Sputnik la maestra Imelda Ibáñez, especialista en Historia diplomática de Rusia y su política exterior por la Universidad Estatal de San Petersburgo.

Para la académica, quien también es internacionalista de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), a Rusia se le reconoce como un actor importante en las relaciones internacionales, tanto a nivel político como económico. Por ello, dice, sus cadenas informativas son tomadas en serio y tienen amplias audiencias.

Silenciar a quienes no son afines

El Departamento del Tesoro de Estados Unidos anunció este 4 de septiembre que impuso sanciones a 10 individuos y dos entidades rusas «como parte de una respuesta coordinada del Gobierno de Estados Unidos a los esfuerzos de influencia maligna de Moscú dirigidos a las elecciones presidenciales estadounidenses de 2024».

Las sanciones implican que todos los bienes y participaciones en bienes de las personas designadas que se encuentren en el país norteamericano o en posesión o control de personas estadounidenses quedan bloqueados. Además, todas las entidades que pertenezcan, directa o indirectamente, individualmente o en conjunto, en un 50% o más a una o más personas bloqueadas también están bloqueadas, según detalló el Departamento del Tesoro en un comunicado de prensa.

La normativa de la OFAC prohíbe también todas las transacciones realizadas por personas estadounidenses o dentro de Estados Unidos (o en tránsito por este país) que impliquen bienes o intereses en bienes de las personas designadas.

En síntesis, Washington impuso sanciones contra Sputnik, su casa matriz Rossiya Segodnya, RT y Ruptly. Además, las nuevas restricciones afectan, entre otros, a la redactora jefa del grupo mediático Rossiya Segodnya, Margarita Simonián, y a varios altos directivos de RT. Además, se agregan restricciones a los visados y la publicación de una oferta de recompensa de hasta 10 millones de dólares en relación con la información relativa a la injerencia extranjera en las elecciones estadounidenses.

«Tratan de imponer mediáticamente la visión de Occidente en Estados Unidos», considera el maestro David García Contreras, internacionalista de la UNAM, en entrevista con Sputnik.

«Estados Unidos ha hablado mucho de democracia y es un país que ha promovido libertades, entonces, que hoy restrinja a ciertos medios de comunicación (…) significa que quieren silenciar a quienes no son afines a Occidente», señala el analista.

Para el académico, las sanciones pretenden «mermar la libertad de expresión a la que tienen derecho las y los estadounidenses para tener la capacidad de escuchar diferentes puntos de vista».

En plena campaña, ¿un enemigo útil?

De acuerdo con García Contreras, las sanciones de Washington se relacionan con el concepto del «enemigo útil»; es decir, la generación de enemigos —reales o ficticios— para aglutinar a la población en momentos en que se necesita.

«Aquí la medida viene de parte del Gobierno de Biden, un gobierno que es demócrata y un gobierno que está pugnando desde el punto de vista electoral a nivel interno. Por eso, una medida de esta naturaleza, genera simpatía», explica el especialista.

«Ante la posibilidad de un enemigo externo, la población de cualquier país cierra filas, por eso también puede ser un efecto útil en términos electorales para tratar de ganar simpatías», aseguró.

A decir de este experto, otro efecto de estas sanciones que «no podemos olvidar» es el de distraer la atención. «Más allá de que pueda ser una medida que tenga que ver con algo de la realidad, puede también ser un elemento que distraiga la atención de los temas principales, puesto que los dirige hacia el exterior: la idea del enemigo útil con sede en el exterior, léase Rusia».

«Aislar a Rusia»

El conflicto en Ucrania ha tenido repercusiones económicas y políticas en buena parte del mundo, pero también ha tenido efectos culturales e informativos, que no siempre saltan a primera vista, observa Ibáñez.

Según ella, las sanciones a los medios rusos (y en general a Moscú) se enmarcan en la intención de Occidente de asestar una «derrota estratégica a Rusia no solamente desde la base militar, sino también querer aislarla de la forma a través de la cual, ellos también producen comunicación».

«Lo ubico como una parte de esta confrontación mediática en donde obviamente los medios occidentales corporativos quieren mantener la hegemonía y, de esta forma, también el objetivo que quieren lograr es aislar a Rusia para que no pueda tener un puente de comunicación con el resto del mundo», señala.

«Siempre se busca [desde Occidente] denostar a las grandes cadenas informativas», agrega.

Injerencia en elecciones, un tema «sin sustento»

Según Washington, los actores rusos a los que están dirigidas las sanciones anunciadas este 4 de septiembre, han utilizado durante mucho tiempo una variedad de herramientas «en un intento de socavar la confianza en los procesos e instituciones electorales de Estados Unidos».

Sin embargo, a decir de Ibáñez, el alegato estadounidense de que Moscú busca interferir en las elecciones es un tema «gastado».

«Rusia en estos momentos no tiene ninguna necesidad de intervenir en las elecciones estadounidenses, ya que su prioridad es mantener una política exterior multivectorial y diversificada», afirma.

Lo anterior, apunta, se comprueba en las giras del presidente Vladímir Putin en África, Asia y América Latina. «Me parece que es un discurso que ya no encuentra el lugar, el de la interferencia rusa, para la opinión pública estadounidense», opina.

Lesión a los derechos de los estadounidenses

Para García Conteras, más allá de las intenciones del país norteamericano en política exterior, las sanciones lesionan el derecho de los propios estadounidenses a la información.

«La base de la democracia y de la propia libertad de expresión y la libertad de prensa tienen que ver con la posibilidad que tengan las personas para recibir información desde diferentes puntos de vista, desde diferentes medios», comenta.

Según él, el gobierno de cualquier país debe garantizar la posibilidad de que los medios de la más diversa tendencia puedan también dar a conocer sus noticias. «Es tanto el derecho que tienen la ciudadanía como la posibilidad de llevar a cabo una empresa que tenga que ver con la difusión de información, no importa cuál sea su tendencia», explicó.