* La Campaña Sanctions Kill es una amplia coalición de fuerzas de justicia social, solidaridad y paz enfocada en exponer el impacto devastador de las sanciones estadounidenses en las poblaciones civiles a nivel mundial.
Las sanciones no sustituyen a la guerra
El actual régimen de sanciones contra Rusia no es un sustituto de la guerra, sino una forma de guerra. Las sanciones matan a muchos miles al igual que las bombas. Las sanciones crean hiperinflación, hambrunas artificiales, convulsiones sociales y crisis sanitarias que castigan a la población civil. Como dijo el presidente estadounidense Biden, las sanciones están destinadas a “infligir más dolor”.
Las sanciones son castigos colectivos e ilegales según el derecho internacional. Las sanciones de Estados Unidos y sus aliados contra Rusia tampoco son un elemento disuasorio para la guerra. No reducirán las hostilidades y más bien, son una escalada del conflicto actual.
Las sanciones consolidan el dominio estadounidense en Europa
Las sanciones se están utilizando para consolidar el dominio estadounidense en la región, aunque cortar los lazos económicos con Moscú va en contra de los intereses materiales de la Unión Europea (UE) y el Reino Unido.
El crecimiento del comercio de la Unión Europea con Rusia y China amenaza el dominio del poder empresarial estadounidense en Europa. La Unión Europea es el mayor inversor en Rusia. Si bien Estados Unidos es el mayor exportador de gas metano, la Unión Europea compra una cantidad considerable de gas a Rusia a precios mucho más bajos, así como petróleo y trigo.
Frente a la renuencia de la Unión Europea y especialmente Alemania de imponer sanciones, lo que rompería todas las relaciones con Rusia, Biden amenazó a sus aliados señalando si no se está de acuerdo con Estados Unidos, la única otra alternativa sería una guerra nuclear. El presidente estadounidense dijo:
“Tienen dos opciones: Iniciar una Tercera Guerra Mundial… o, garantizar que el país que actúa tan contrario al derecho internacional termine pagando un precio”. Biden aseveró que el «objetivo de Estados Unidos desde el principio» era mantener a la OTAN y la Unión Europea «en la misma página».
Utilizando el papel dominante del dólar en la economía mundial, Washington ha impuesto unilateralmente más de 5.500 sanciones a Rusia, convirtiéndola en el país más sancionado por las políticas agresivas de Estados Unidos.
Las sanciones estadounidenses arrastran al mundo entero al conflicto
Lamentablemente, Rusia no es la única víctima de estas medidas coercitivas unilaterales. Más de 40 países, que comprenden un tercio de la humanidad, están en la mira de Estados Unidos. Estos incluyen Cuba, Venezuela, Nicaragua, China, Irán, Irak, Siria, Palestina, Afganistán, Zimbabwe, Etiopía y Sudán. Los terceros países que comercian con naciones sancionadas por Estados Unidos también se enfrentan a fuertes multas. Esta forma mortal de guerra económica destruye el desarrollo regional.
Además, Estados Unidos está obligando a otros países a ejecutar estas extremas sanciones económicas. Observamos, con grave preocupación, que estas sanciones impuestas a Rusia están arrastrando al mundo entero a un conflicto que tiene un alto potencial para salirse de control.
Las Naciones Unidas no aprobaron las sanciones instigadas por Estados Unidos. Muchos países ahora se niegan a unirse a las sanciones de Estados Unidos/Unión Europea impuestas a Rusia. Hasta la fecha, India, Pakistán, Indonesia, Sudáfrica, Turquía, Emiratos Árabes Unidos, Arabia Saudita, Brasil, Argentina, México y otros países con economías más pequeñas se han negado a cumplir con las medidas estadounidenses. De hecho, casi toda América Latina, el Caribe y África y la mayor parte de Asia rechazan las sanciones.
Las sanciones son un crimen contra la humanidad
Tales sanciones dañarían las propias relaciones comerciales de estos países. Las interrupciones en la cadena de suministros y las presiones inflacionarias de las sanciones lideradas por Estados Unidos, ya están afectando de manera desproporcionada a las personas pobres y trabajadoras en todo el mundo debido a la escasez y al aumento de los precios de los alimentos, el combustible y los productos básicos. Las poblaciones del mundo en los países en vías de desarrollo se ven especialmente afectadas.
Como lo demuestran más de 60 años de sanciones de Estados Unidos contra la Revolución Cubana, las sanciones destinadas a lograr el cambio de régimen que Estados Unidos quiere imponer, de hecho, han resultado en un diluvio de miseria sobre ese pueblo. Estas sanciones infligidas globalmente sirven como una lección de advertencia para cualquier nación que desee ejercer su soberanía bajo la Pax Americana. Es un crimen contra la humanidad.
Poner fin a la guerra de Ucrania
Esta guerra devastadora comenzó con el golpe de estado en Ucrania orquestado por Estados Unidos en 2014, que derrocó al gobierno electo democráticamente en ese país. Aunque Ucrania no es miembro formal de la OTAN, desde entonces Estados Unidos le ha estado entregando grandes cantidades de armas letales y desplegó “asesores” militares estadounidenses en Ucrania.
Ucrania es un peón en la estrategia de Washington contra Rusia. Luego del golpe, Ucrania ha quedado reducida a ser el país más pobre de Europa y con la mayor tasa de inmigración. La sistemática y constante agresión de Kiev contra las provincias orientales y las masivas privatizaciones de propiedad social han redundado en la ruina económica.
La Campaña Sanctions Kill llama a todas las partes a poner fin a las hostilidades y que Estados Unidos ponga en práctica la Diplomacia. ¡No a las Armas, Sanciones y Guerra!