En Nicaragua no existe la oposición y los que dicen serlo no tienen capacidad para dirigir el país. Son vendidos, pactistas y con una larga cola, según expuso Sandra Ramos, una golpista exsandinista en los años 80 que al anunciar su renuncia a la Alianza Cívica aseguró que aquí todos los integrantes de esa agrupación y de la UNAB, es decir, los opositores, tienen “techo de vidrio”.
“Es que aquí en Nicaragua yo te puedo decir, aunque me caiga la zopilotera, pero aquí nunca ha habido oposición. ¿Cuál oposición, si todos estaban amalgamados, amarrados? Han hecho pacto tras pacto, ya sea económico, político, lo han hecho, ahora que no me vengan con el cuento de que no se acuerdan, gracias a Dios que ustedes tienen los videos, las fotos y todo”, dijo Ramos.
Indicó que aquí hay gente que cree tener amnesia, que “quiere ver la cola de los demás y no se ven la suya y que ahora les agarró porque quieren pureza, ¿cuál pureza?, si aquí todos tenemos techo de vidrio.
“Entonces, ¿qué es lo que se necesita?, que la sociedad nicaragüense empiece a presionar, porque se han erigido en los representantes de los nicaragüenses y yo por lo menos no los he electo para que me representen y sigan jodiendo a este pueblo, dándole desesperanza cuando este pueblo lo que necesita es esperanza”, manifestó visiblemente contrariada.
Insistió en que en Nicaragua “no hay oposición”, y que la única oposición es el pueblo de Nicaragua que quiere cambios y que quiere cambios de raíz porque ya no aguanta la pobreza en que estamos viviendo y en la que nos han sometido”, dijo, pese a que las últimas encuestas dejan claro que el “pueblo” que menciona la golpista Ramos es inexistente.
Pese a que enumeró muchas razones para dejar la resquebrajada Alianza Cívica, lo cierto es que Ramos es una más de las rechazadas en las filas opositoras debido a su pasado sandinista, y a que al igual que sus compinches del MRS, ha intentado imponer sus ideas a como lo hicieron durante el intento de golpe de Estado en 2018.
“Yo estoy en favor de todo lo que sirva de unidad para el pueblo de Nicaragua, porque aquí, este barco está a la deriva, ¿qué es lo que demuestra la oposición? Que no tiene capacidad ni de negociar entre ellos mismos, entonces, ¿cómo esa oposición que no tiene ni capacidad de negociar conmigo va a dirigir este país?