¡Se acabó la manipulación electorera en Nicaragua!

Leonardo González Estrada │ Ideario Popular

En el 2006, ante unas elecciones polarizadas por el discurso de odio de los sectores más reaccionarios y conservadores de la sociedad nicaragüense contra el FSLN, los ciudadanos políticamente organizados participaron en el proceso electoral general, con una extrema derecha dividida, contra un FSLN organizado y siempre dispuesto a darlo todo por el futuro de los oprimidos.

Este dicho, “Murió la Flor” se me ha ocurrido porque como un déjà vu, mi memoria me alertó que los nicaragüenses han evolucionado en su imaginario colectivo, en la opinión pública y en la construcción de sus discursos políticos emancipatorios, desde aquel año 2006.

Y es que resuenan en mi memoria todavía aquellas campañas demagógicas de chantajes, pues siempre han infundido miedo e ignorancia a los ciudadanos nicaragüenses los grupos políticos de la derecha y pequeña burguesía, sobre las implicancias que tiene en el Estado si el FSLN gobierna.

Siempre auguraron hambre, miseria, violencia, guerras y gran oscurantismo si la Revolución Sandinista se convertía en la opción de la gente, que desde 1979 se organizó en el FSLN como movimiento político y nuevo sistema político, no como partido político convencional de jerarquías.

Por eso es que, escribir estas reflexiones sobre la evolución del discurso político conservador y reaccionario de 1821 hasta 1979, superado por un discurso político general a favor del desarrollo del país, con las fuerzas propias del trabajador, del campesino, de los mayores y jóvenes, de la mujer libre y protagonista, todo en unidad.

Y es que, a partir del 2007, el propio 10 de enero, el FSLN y el presidente comandante Daniel Ortega Saavedra, acató la Constitución política de todos los nicaragüenses, y aquellos derechos suspendidos durante 16 años de neoliberalismo desde abril de 1990, prescritos como garantías constitucionales, iban a ser de nuevo el cauce de las políticas públicas y la acción del poder, ahora desde la visión del paradigma de la revolución sandinista.

De modo que, esta acción jurídico política, sobre todo ética y mística, porque en el FSLN, la acción política es guiada por muchos procesos históricos, sociales, políticos, interculturales y económicos, como éticos, emocionales y místicos, en tanto, se carga con el sacrificio político de miles de guerrilleros, héroes y mártires, que fueron víctimas de los regímenes.

Tomando en cuenta esto, el peso real en las relaciones políticas dentro del Estado de Nicaragua, de la historia emancipatoria de los grupos políticos que representan la lucha de clases, a los oprimidos y sectores vulnerables dentro de la típica sociedad capitalista, hay que reconocer la naturaleza política del FSLN en cada acción que gestiona dentro de la administración pública.

Todo esto no cabe dentro de la teoría política liberal de derecha eurocéntrica puesto que, según los teóricos políticos de occidente un partido político, se legitima a partir de campañas electorales amplias, y no a partir de la acción en el poder.

Entonces, se afirma que el FSLN es un movimiento político histórico y cultural, que alcanza la naturaleza de paradigma, puesto que se convierte en el modelo de vida de los nicaragüenses; que el Estado mismo de manera tangible, es transformado, para transformar este mismo la realidad del trabajador, del niño, y adultos.

Ha intervenido en cada proceso y micro proceso de la realidad para todos, de manera que el nicaragüense que fue excluido, ahora es parte natural del desarrollo de la Nación. Y esto, no cualquier país puede decirlo con los datos de desarrollo que hoy presenta el Estado de Nicaragua.

Es de más, necesario decir que, si bien es cierto que la campaña electoral de terrorismo contra todo lo relacionado al FSLN en el 2006, fue superada poco a poco, a partir de la acción política desde la función pública, el apego a la Constitución política, a la negociación legislativa, porque fue minoría el sandinismo hasta el 2011.

En aquellas condiciones sistémicas convencionales, perduraban algunas fuerzas políticas reaccionarias de extrema derecha, que desconocían la legalidad y legitimidad del gobierno del FSLN desde el 2007 dirigido por el comandante Daniel Ortega Saavedra.

En la medida que, el ejercicio del poder iba dando soluciones inmediatas y totales a la pobreza, como condición de oprimido y miserable de los pobres, entonces, los demás sectores, fueron insertando su voluntad política a lo que proponía el FSLN desde el ejecutivo o presidencia, o ya sea desde sus gobiernos locales, es decir, la inclusión del desarrollo de la Nación era un ejercicio común de todos ahora.

Sin embargo, los grupos reaccionarios de extrema derecha como el injerencismo norteamericano, continuaba a la par de la gestión del gobierno legítimo y autónomo, pretendiendo construir un discurso electorero anti sandinista.

En consecuencia, los discursos de odio, demagógicos, aquellos pulcros profesionales de la política con mente europeizada y gringófila, su retórica dejó de ser la tentación del miedo e ignorancia, y más bien, fue la tentación a la acción política y al poder de la revolución sandinista.

Ganó el pueblo, en él está el corazón del futuro joven esperando que todos dejen a un lado sus temores políticos de una vez por todas, porque a pesar de ser superado, la convención política electorera, también es cierto, que falta mucho para crear un Estado donde todos estemos organizados, produciendo no solo riqueza material, sino felicidad social, cultural, deportiva, inter generacional, intercultural, en definitiva, felicidad pinolera.

Justo es decir que estamos en el mejor momento para que las nuevas generaciones formulen y construyan su imaginario social y político sobre el proceso electoral, específicamente la campaña electoral de los partidos políticos.

Es aquí donde deberán asumir la verdadera conexión del FSLN con todos los sistemas de relaciones sociales, que está guiado y organizado por una juventud que se encuentra en el punto de inflexión, donde concentra todos los procesos de aprendizajes, los cuales serán los mejores sistemas de relaciones sociales, políticas, históricos, interculturales y productivos del futuro.

Las nuevas generaciones dirán que ¡murió la flor!, cuando estos generen a partir de su participación consciente, como lo hacen hoy, desde la cosmovisión que les lega el FSLN, nuevos procesos políticos revolucionarios y de clase, sobre y dentro de los cimientos del actual proceso conducido por el comandante Daniel Ortega y la militancia a la vanguardia.

La acción de esta juventud, deberá contener, todos los anteriores procesos políticos, para el ejercicio del poder Nacional y anticolonial, en tanto conducción del Estado, sin excluir la naturaleza revolucionaría Sandinista, que es la lucha de clase anti colonialista iniciada por Benjamín Zeledón, alcanzada por Sandino, traicionada por la burguesía y oligarquía somocista pro yanqui.

Son varias centenas de héroes y mártires, miles de víctimas del fascismo criollo proyanqui de derechas, los testigos, para que, desde la segunda etapa de la revolución en el 2007, convengan una patria donde quepan todos, unidos defendiendo lo heredado, lo legado, la consciencia histórica y las garantías fundamentales de los ciudadanos nicaragüenses del siglo 21.

El disenso, la diferencia, las contradicciones y hasta el conflicto político, deberá tener una conducción dialéctica revolucionaria, con propósitos de clase; los jóvenes no deben verse seducidos por las campañas y valores de la pequeña burguesía, la juventud nicaragüense, sandinista y güegüense, será quien entierre la ideología entreguista y corrupta de la derecha pro colonialista. No sólo en las elecciones generales o municipales, también en la conciencia colectiva en cada sector donde se organice.

Y es que, el comandante Carlos Fonseca siempre hacía énfasis en el propósito de la revolución sandinista, que es el cambio del sistema político, como lo ha venido haciendo el FSLN, apegado a la legalidad establecida, sobre a la legitimidad y consciencia histórica en sí.

Se han experimentado muchas variantes sistémicas, que han traído enormes resultados en la lucha contra la pobreza, sin salirse de los objetivos y naturaleza del FSLN, del programa histórico en sí, conducidos todos por la Constitución Política de todos los ciudadanos.

Todo esto, estableció el mensaje claro al nicaragüense, que la retórica y demagogia de la derecha, que esconden el odio contra la misma clase social trabajadora, debe ser superado acompañando al FSLN en el ejercicio del poder.

Que esas campañas electoreras, son del pasado, sin embargo, se deben acompañar para que Nicaragua, siempre tenga un representante político revolucionario y anticolonialista.

En suma, el poder popular, en unidad nos debe llevar a la sociedad en felicidad, al Estado social democrático de derecho que tenemos, donde se garantizan todos los derechos humanos a cada nicaragüense.

Este 2022, año de elecciones municipales, nadie anda haciendo proselitismo demagógico en ningún municipio, puesto que cada ciudadano está ocupado en su proceso natural, que aquellos antagónicos que quisieran que volviéramos a aquellos años de elecciones, donde se difundían millones de mentiras de los candidatos.

Por tanto, estamos trabajando, avanzando, en mejores procesos políticos, también electorales, pero más civilizados, más pacíficos. No se fomenta ya la incertidumbre ni manipulación política; estamos en paz y seguiremos en paz.

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