Seis palestinos y un israelí perdieron la vida en plena oleada de violencia, que lleva tres semanas. El secretario general de la ONU llamó a avanzar hacia el fin de la ocupación y evitar acciones unilaterales.
En medio de una ola de violencia que lleva casi tres semanas, con la muerte de seis palestinos y un israelí ayer, Ban Ki-moon pidió en su arribo a Jerusalén que las autoridades israelíes y las palestinas vuelvan a la mesa de negociación. En una visita a Israel anunciada a último momento ante la escalada, el secretario general de Naciones Unidas (ONU) llamó a avanzar hacia el fin de la ocupación; a su lado, Benjamin Netanyahu cargó nuevamente las culpas sobre los líderes palestinos.
“Las acciones unilaterales sólo perpetuarán la espiral de violencia”, aseguró Ban en una conferencia conjunta con el primer ministro israelí en la que también advirtió a su anfitrión de que las medidas de seguridad pueden ser contraproducentes y generar más frustración. Se espera que el secretario general de la ONU se reúna hoy en Ramalá, Cisjordania, con el presidente palestino, Mahmud Abbas.
Un palestino de 27 años murió y más de una decena resultaron heridos en choques con soldados del Ejército israelí en el sur y este de la Franja de Gaza, informaron fuentes médicas palestinas. También fallecieron, por fuego israelí, dos palestinos que llevaron a cabo ataques cerca del bloque de colonias judías de Gush Etzion y en la localidad de Beit Awa, próxima a Hebrón, ambos en el sur de Cisjordania. El primero de ellos atropelló a dos soldados, hiriéndolos levemente, y fue alcanzado por las balas de las fuerzas israelíes. Fuentes policiales aseguraron que fue un acto intencionado y que, tras arrollar a varias personas, el atacante se bajó del coche y apuñaló a un soldado antes de ser abatido.
Por la mañana soldados israelíes mataron a otro palestino después de que apuñalase a un militar durante una protesta en Bet Awwa, informó el Ejército en un comunicado. Un civil israelí de 50 años y residente del asentamiento de Kiriat Arba, en Hebrón, murió atropellado por un camión conducido por un palestino tras bajarse de su vehículo. A última hora de la tarde otros dos palestinos murieron en un nuevo ataque con arma blanca contra soldados israelíes en un puesto de control militar de Hebrón, en el que uno de los soldados fue herido en la cara.
La inesperada visita de Ban, que fue anunciada recién ayer, coincide con los esfuerzos del secretario de Estado norteamericano, John Kerry, que se reunirá en Alemania con Netanyahu y, el viernes próximo, con Abbas en Ammán, Jordania. Antes de encontrarse con el jefe del Gobierno, Ban Ki-moon se reunió con el presidente israelí, Reuven Rivlin. Según un comunicado difundido por su oficina, el titular de la ONU le pidió al mandatario israelí que tomen las medidas necesarias para evitar nuevos incidentes en ambos lados. “La violencia sólo trae violencia. No debemos permitir a los extremistas en ninguno de los lados, o a los que piensan que la violencia es la solución, avivar aún más el conflicto”, advirtió Ban en el texto.
Rivlin, por su parte, dijo que el Monte del Templo (Explanada de las Mezquitas según la denominación judía) está siendo mantenido como rehén “por gente que quiere traer una guerra religiosa. No podemos permitir esto. Israel no tiene una guerra con el islam”, aseguró, y afirmó que su país “no ha cambiado ni cambiará ni una sola letra del acuerdo de statu quo”.
Asimismo, el secretario general de la ONU aseguró que el problema está en la falta de voluntad de restaurar un horizonte político, en referencia al estancamiento de las negociaciones de paz, suspendidas hace casi año y medio, y apuntó que mantener el statu quo solo está empeorando las cosas. “La violencia sólo mina las legítimas aspiraciones palestinas de un estado y el deseo de los israelíes de seguridad”, declaró Ban en su comunicado. El jefe de la ONU apostó por salvaguardar la solución de dos estados y dirigir a la gente de vuelta al camino hacia la paz. También aseguró que su visita refleja la alarma global por la peligrosa escalada de violencia en la región. El funcionario señaló que con su viaje pretende ayudar a rebajar la tensión e impedir que la situación se salga de control, a la vez que transmitió su pésame a los familiares y amigos de las víctimas de “las hostilidades y ataques terroristas”. “Ninguna sociedad debería vivir en el miedo. Ninguna sociedad puede permitirse ver a su juventud sufrir en la desesperanza”, afirmó Ban, que advirtió de que si no se actúa pronto, el conflicto podría crecer y tener serias repercusiones en Israel, Palestina y más allá.
En relación a las acusaciones por la represión empleada por Israel como respuesta a los ataques y apuñalamientos perpetrados por palestinos contra su población, el titular de la ONU dijo que espera que este país lleve a cabo investigaciones completas en los casos en que sea necesario. Netanyahu, en tanto, señaló que su gobierno debe defender a sus ciudadanos y negó que militares y policías israelíes hagan un uso excesivo y desproporcionado de la fuerza contra los palestinos. El primer ministro también aseguró que Abbas celebra cada gota de sangre judía derramada, criticó al presidente palestino por no condenar ninguno de los treinta ataques cometidos contra israelíes, dijo que su país quiere restaurar la calma y seguridad para todo el mundo y que protege los lugares santos.
“Lo demás son mentiras”, lanzó Netanyahu, en referencia a las acusaciones palestinas de que trata de romper el statu quo en la Explanada de las Mezquitas, en Jerusalén Este, venerada por musulmanes y judíos como lugar sagrado.
La ola de violencia ayer tuvo un saldo de siete muertos, seis palestinos y un israelí. En Cisjordania resultaron heridos por balas de las fuerzas de seguridad israelíes, cerca de Ramalá y Belén, más de una decena de palestinos. El Ministerio de Sanidad en Ramalá cifra en 49 los palestinos muertos en las últimas tres semanas; fallecieron ocho israelíes en ataques de palestinos, un eritreo abatido al ser confundido con el autor de un atentado y un atacante árabe-israelí.
En medio de una ola de violencia que lleva casi tres semanas, con la muerte de seis palestinos y un israelí ayer, Ban Ki-moon pidió en su arribo a Jerusalén que las autoridades israelíes y las palestinas vuelvan a la mesa de negociación. En una visita a Israel anunciada a último momento ante la escalada, el secretario general de Naciones Unidas (ONU) llamó a avanzar hacia el fin de la ocupación; a su lado, Benjamin Netanyahu cargó nuevamente las culpas sobre los líderes palestinos.
“Las acciones unilaterales sólo perpetuarán la espiral de violencia”, aseguró Ban en una conferencia conjunta con el primer ministro israelí en la que también advirtió a su anfitrión de que las medidas de seguridad pueden ser contraproducentes y generar más frustración. Se espera que el secretario general de la ONU se reúna hoy en Ramalá, Cisjordania, con el presidente palestino, Mahmud Abbas.
Un palestino de 27 años murió y más de una decena resultaron heridos en choques con soldados del Ejército israelí en el sur y este de la Franja de Gaza, informaron fuentes médicas palestinas. También fallecieron, por fuego israelí, dos palestinos que llevaron a cabo ataques cerca del bloque de colonias judías de Gush Etzion y en la localidad de Beit Awa, próxima a Hebrón, ambos en el sur de Cisjordania. El primero de ellos atropelló a dos soldados, hiriéndolos levemente, y fue alcanzado por las balas de las fuerzas israelíes. Fuentes policiales aseguraron que fue un acto intencionado y que, tras arrollar a varias personas, el atacante se bajó del coche y apuñaló a un soldado antes de ser abatido.
Por la mañana soldados israelíes mataron a otro palestino después de que apuñalase a un militar durante una protesta en Bet Awwa, informó el Ejército en un comunicado. Un civil israelí de 50 años y residente del asentamiento de Kiriat Arba, en Hebrón, murió atropellado por un camión conducido por un palestino tras bajarse de su vehículo. A última hora de la tarde otros dos palestinos murieron en un nuevo ataque con arma blanca contra soldados israelíes en un puesto de control militar de Hebrón, en el que uno de los soldados fue herido en la cara.
La inesperada visita de Ban, que fue anunciada recién ayer, coincide con los esfuerzos del secretario de Estado norteamericano, John Kerry, que se reunirá en Alemania con Netanyahu y, el viernes próximo, con Abbas en Ammán, Jordania. Antes de encontrarse con el jefe del Gobierno, Ban Ki-moon se reunió con el presidente israelí, Reuven Rivlin. Según un comunicado difundido por su oficina, el titular de la ONU le pidió al mandatario israelí que tomen las medidas necesarias para evitar nuevos incidentes en ambos lados. “La violencia sólo trae violencia. No debemos permitir a los extremistas en ninguno de los lados, o a los que piensan que la violencia es la solución, avivar aún más el conflicto”, advirtió Ban en el texto.
Rivlin, por su parte, dijo que el Monte del Templo (Explanada de las Mezquitas según la denominación judía) está siendo mantenido como rehén “por gente que quiere traer una guerra religiosa. No podemos permitir esto. Israel no tiene una guerra con el islam”, aseguró, y afirmó que su país “no ha cambiado ni cambiará ni una sola letra del acuerdo de statu quo”.
Asimismo, el secretario general de la ONU aseguró que el problema está en la falta de voluntad de restaurar un horizonte político, en referencia al estancamiento de las negociaciones de paz, suspendidas hace casi año y medio, y apuntó que mantener el statu quo solo está empeorando las cosas. “La violencia sólo mina las legítimas aspiraciones palestinas de un estado y el deseo de los israelíes de seguridad”, declaró Ban en su comunicado. El jefe de la ONU apostó por salvaguardar la solución de dos estados y dirigir a la gente de vuelta al camino hacia la paz. También aseguró que su visita refleja la alarma global por la peligrosa escalada de violencia en la región. El funcionario señaló que con su viaje pretende ayudar a rebajar la tensión e impedir que la situación se salga de control, a la vez que transmitió su pésame a los familiares y amigos de las víctimas de “las hostilidades y ataques terroristas”. “Ninguna sociedad debería vivir en el miedo. Ninguna sociedad puede permitirse ver a su juventud sufrir en la desesperanza”, afirmó Ban, que advirtió de que si no se actúa pronto, el conflicto podría crecer y tener serias repercusiones en Israel, Palestina y más allá.
En relación a las acusaciones por la represión empleada por Israel como respuesta a los ataques y apuñalamientos perpetrados por palestinos contra su población, el titular de la ONU dijo que espera que este país lleve a cabo investigaciones completas en los casos en que sea necesario. Netanyahu, en tanto, señaló que su gobierno debe defender a sus ciudadanos y negó que militares y policías israelíes hagan un uso excesivo y desproporcionado de la fuerza contra los palestinos. El primer ministro también aseguró que Abbas celebra cada gota de sangre judía derramada, criticó al presidente palestino por no condenar ninguno de los treinta ataques cometidos contra israelíes, dijo que su país quiere restaurar la calma y seguridad para todo el mundo y que protege los lugares santos.
“Lo demás son mentiras”, lanzó Netanyahu, en referencia a las acusaciones palestinas de que trata de romper el statu quo en la Explanada de las Mezquitas, en Jerusalén Este, venerada por musulmanes y judíos como lugar sagrado.
La ola de violencia ayer tuvo un saldo de siete muertos, seis palestinos y un israelí. En Cisjordania resultaron heridos por balas de las fuerzas de seguridad israelíes, cerca de Ramalá y Belén, más de una decena de palestinos. El Ministerio de Sanidad en Ramalá cifra en 49 los palestinos muertos en las últimas tres semanas; fallecieron ocho israelíes en ataques de palestinos, un eritreo abatido al ser confundido con el autor de un atentado y un atacante árabe-israelí.