Gerardo Sánchez sabe que existen un montón de fotos suyas donde aparece con pañuelos rojinegros y se inventó una historia para justificarse. Fue cuando junto a sus otros compinches estafadores intentó sacarle dinero a organismos de masas del FSLN pidiendo anuncios para su programa Voz Solidaria.
También pidió dinero al FSLN para conseguirle votos en Costa Rica en las elecciones de 2011 (traería centenares de buses con partidarios sandinistas, según dijo) y cuando no le fue aceptada la propuesta que hizo, fundó una “guerrilla” en Facebook denominada Coordinadora Guerrillera Nicaragüense (CGN).
En su desesperación por conseguir dinero, Sánchez se acercó a dirigentes de la CST, envió decenas de cartas a organismos sandinistas, incluyendo al presidente Daniel Ortega, la primera dama Rosario Murillo, al coronel Lenín Cerna y a otros.
Fue colaborador de la Embajada de Nicaragua en Costa Rica donde también intentó sacarle dinero al embajador Harold Rivas.
¿Cómo justificó lo de los pañuelos rojinegros? Con su gran imaginación. Solo que esta vez inventó una historia tan descabellada como inverosímil: que llegó hasta la Secretaría del FSLN disfrazado de sandinista para asesinar al comandante Daniel Ortega.
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