Temer reconoce por primera vez “golpe” de Estado contra Rousseff

El expresidente de Brasil Michel Temer reconoce que la destitución de Rousseff fue “golpe” de Estado, lo que ha generado polémica en el país y revuelo en las redes.

“La gente decía: ‘Temer es un conspirador golpista’ y suponían que yo había apoyado el golpe. A diferencia de eso, nunca apoyé ni me comprometí con el golpe”, aseguró el expresidente de Brasil Michel Temer (2016-2018) acerca de la destitución de su antecesora Dilma Rousseff (2011-2016) durante una entrevista en el programa “Roda Viva” de la televisión pública, transmitida la noche del lunes.

Estas declaraciones de Temer sobre el juicio político o ‘impeachment’ contra Rousseff por presuntas irregularidades fiscales, que resultó en su destitución en el 2016, causó el martes gran repercusión en Brasil y ya es uno de los asuntos más comentados en las redes sociales del país.

Si el expresidente Luiz Inácio Lula da Silva (2003-2010), añadió Temer, hubiese sido nombrado ministro de la Casa Civil de Rousseff en el 2015, el ‘impeachment’ no habría ocurrido. “Él (Lula) tenía buenos contactos con el Congreso”, precisó Temer.

El expresidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva ha sostenido que Dilma Rousseff está suspendida por un capricho político, mientras ha restado importancia al presidente interino, Michel Temer.

Roussef, por su parte, no tardó en reaccionar a las declaraciones de Temer y lo hizo a través de Twitter en la misma jornada.

“Admitió que sufrí un golpe de Estado y dicen que si Lula hubiese estado en mi gobierno no hubiese habido el impeachment”, criticó para luego afirmar que al exmandatario se le había olvidado señalar que el golpe del 2016 “fue para enmarcar a Brasil en el neoliberalismo”.

Tras la destitución de la exmandataria, que se llevó a cabo sin presentar ninguna evidencia que la vinculara con casos de corrupción o crímenes de responsabilidad, Temer, tres veces presidente de la Cámara de Diputados y quien en la época se desempeñó como su vicepresidente, asumió la Presidencia de Brasil en agosto del 2016.

Temer, quien este año fue detenido en dos ocasiones por corrupción tras dejar el poder el 1 de enero de 2019, después de la victoria de Jair Bolsonaro, se distanció completamente del Partido de los Trabajadores (PT), formación dirigida por Lula da Silva, quien acusa, a su vez, al expresidente de “golpista”.

Varios movimientos políticos y sociales consideran que el golpe de Estado parlamentario judicial constituyó “un acto de desacato a la voluntad soberana del pueblo que la eligió”.

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