Elson Concepción Pérez | Granma
* La Corte Penal Internacional dictó órdenes de detención contra el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, y el hasta hace pocos días ministro de Defensa en Tel Aviv, Yoav Gallant.
Este miércoles se produjo el veto de Estados Unidos a una resolución del Consejo de Seguridad de la ONU, exigiendo un cese al fuego en Gaza. Tras el veto, Israel atacó a Gaza y mató a varias decenas de niños, mujeres y ancianos palestinos.
En igual sentido, y en la misma fecha, la aviación israelí lanzó un ataque con bombas y misiles contra la ciudad siria de Palmira, patrimonio de la Humanidad, donde mató a 35 personas y otras 50 resultaron heridas.
En este ambiente de muerte y destrucción, una noticia que pudiera ser esperanzadora, si se cumpliera su contenido, resultó titular de prensa en casi todo el mundo.
«La Corte Penal Internacional (CPI) dictó órdenes de detención contra el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, y el hasta hace pocos días ministro de Defensa en Tel Aviv, Yoav Gallant, a quienes se les acusa de crímenes de lesa humanidad, cometidos en Gaza».
Las órdenes de captura contra Netanyahu y Gallant han sido aprobadas seis meses después de la petición presentada por los fiscales de la CPI.
La sala también consideró que «ambas personas privaron, intencionadamente y a sabiendas, a la población civil de la Franja de Gaza de artículos necesarios para su supervivencia, como alimentos, agua, medicamentos y suministros médicos, así como combustible y electricidad», según RT.
«Estas dos personas son responsables de causar grandes sufrimientos a enfermos que necesitaban tratamiento».
Agregó que «se obligó a los médicos a operar a los heridos y a realizar amputaciones, incluso a niños, sin anestesia; y/o se les obligó a utilizar medios inadecuados e inseguros para sedar a los pacientes, causando a esas personas gran dolor y sufrimiento».
No obstante, el asesor de Netanyahu, Dmitri Gendelman, cuestionó la decisión del Tribunal Internacional y acusó a esa instancia jurídica de «apoyar la campaña de desinformación total, con connotaciones antisemitas, que busca aislar a Israel de sus aliados».
Conocida la decisión de la Corte, y a sabiendas de que al día de hoy son más de 44 mil los palestinos muertos por los bombardeos israelíes en Gaza, que la gran mayoría son niños y mujeres, y que la cifra de heridos supera los 104,200, la comunidad internacional puede preguntarse: ¿Y ahora qué?
¿Qué hará el Gobierno de Estados Unidos, sostén en armas y dinero del israelí? ¿Joe Biden permitirá que a sus halcones en el Oriente Medio se les lleve a la cárcel? No lo creo, sería mucho pedir a un presidente cuyo ego guerrerista lo está conduciendo por el camino de la confrontación.
Si recordamos solo algunos de los casos «juzgados» por la CPI, como el líder palestino, Yasser Arafat, o el presidente yugoslavo, Slobodan Milosevic, ambos fallecidos en oscuras y poco creíbles circunstancias, no esperemos nada bueno esta vez.
Es posible, quizá hasta seguro, que, una vez más, el Gobierno de Estados Unidos, vete el dictamen de la Corte, y tanto Netanyahu como su exministro de guerra, ni de visita aparezcan en un tribunal para juzgarlos como se merecen.
Ver para creer. Todo es posible en este mundo llevado al caos total por el neoliberalismo y sus predicadores.