UCA y el COSUDE o cómo asesinar la verdad

* Un “proyecto” mediante el cual –una vez fracasado el golpe de Estado-, pretendía abonar el camino para un posible enjuiciamiento del gobierno sandinista. Para dar apariencia de veracidad, mencionan a organismos de derechos humanos internacionales que utilizaron los insumos, completamente tergiversados, que ellos mismos les brindaron.

La Universidad Centroamericana (UCA), también capta fondos injerencistas y desestabilizadores de parte del gobierno suizo, que utiliza para sus fines políticos el rimbombante y mendaz nombre de Agencia Suiza para el Desarrollo y la Cooperación (COSUDE).

El COSUDE es cualquier cosa, menos una agencia “para el desarrollo y la cooperación”, habida cuenta que los destinatarios de su financiamiento en Nicaragua son los mismos que asesinaron a ciudadanos inocentes y a policías, destruyeron valiosa infraestructura y lanzaron al desempleo a centenares de miles de personas.

La UCA fue uno de los perniciosos agentes de Estados Unidos participantes en el sangriento y fallido golpe de Estado de 2018, mismo que dicha universidad, de acuerdo al guion imperial gringo, sigue reivindicando como “una rebelión ciudadana contra el régimen Ortega-Murillo”.

El injerencista gobierno de Suiza

A manera de colofón de su involucramiento en el frustrado golpe de Estado, en 2019 la universidad de los falsarios jesuitas solicitó US$ 49,000 al gobierno de Suiza a través de su agencia de intervención el COSUDE, para el proyecto “Nicaragua abril- junio 2018, prohibido olvidar, memoria, derechos humanos y justicia”.

La UCA, que es tan culpable como cualquier otro de los tranqueros que asolaron el país en 2018, sirvió como Puesto de Mando de las primeras incursiones armadas en contra de objetivos sandinistas. Ahí se escondían los delincuentes que se hacían llamar estudiantes, y ahí regresaban luego de cometer los crímenes que ahora la universidad jesuita ensalza como actos de heroicidad.

Según los directores y/o dueños de la UCA, los destinatarios de su proyecto son las “madres y familiares de víctimas asesinadas por la represión estatal en el marco de las protestas ciudadanas, iniciadas el 18 de abril 2018 y personal promotor e investigador del CENIDH”.

Puercas mentiras de la UCA

Al accionar de la Policía Nacional, que contó en muchos lugares con ayuda de la población, la UCA le llama “ciudadanía afectada por la violencia estatal”, ignorando olímpicamente las decenas de pobladores asesinados por las hordas asesinas que albergaban en sus instalaciones.

En este desvergonzado proyecto, la UCA fue asistida por el Centro Nicaragüense de Derechos Humanos (CENIDH), de Vilma Núñez, una verdadera comerciante del mencionado rubro, utilizado como mampara por los gringos para agredir a los países que se resisten a obedecer sus designios.

El precio que puso Núñez a la UCA para participar fue de US$ 5,000, por lo que la tajada del león en este caso le correspondió a los empleados de los jesuitas que parieron el libreto para sacarle dinero a sus cómplices del COSUDE.

En esta ocasión, el “neutral” gobierno de Suiza, a través del COSUDE, vuelve a financiar a una empresa privada como es la UCA, uno de los centros de estudios con los aranceles más altos del país, al que no pueden acceder los jóvenes de extracción proletaria.

Claramente, el objetivo de la UCA y su aliado el CENIDH con este proyecto, era sacar un dinerillo extra y de paso mantener en el aire el plan para desalojar del poder al gobierno del presidente Daniel Ortega y al sandinismo. Vale decir que proyectos similares fueron ejecutados por otras ONG golpistas.

Cinismo a la carta

La magnitud del cinismo de los funcionarios de la UCA y el CENIDH, no tiene parangón. Vean esto:

“Nicaragua enfrenta una crisis sociopolítica de gran envergadura. Desde el 18 de abril se produjo una rebelión ciudadana contra el régimen Ortega Murillo.

“La chispa que provocó el estallido social fue la desmedida brutalidad con la que policías y fuerzas de choque de la Juventud Sandinista reprimieron a pequeños grupos de estudiantes y jubilados que protestaban contra las reformas a la ley de seguro social.

“La golpiza propinada con armas, palos y tubos contra los manifestantes desarmados fue transmitida por miles de teléfonos y cámaras de televisión que estaban presentes. Fue la barbarie que encendió la llama. La protesta se multiplicó rápidamente y el gobierno recrudeció sus formas de represión.

“De policías, antimotines y pandillas, pasaron a fuerzas paramilitares con armas de grueso calibre y a la acción de francotiradores que dispararon sin misericordia contra jóvenes, estudiantes y población que se sumó a las masivas movilizaciones ciudadanas.

“El informe elaborado por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), constata que la respuesta del Estado nicaragüense a las manifestaciones sociales iniciadas el 18 de abril se ha caracterizado por el uso desmedido de la fuerza pública y por «la represión y criminalización de los manifestantes y el movimiento social que representan y ha tenido como resultado graves violaciones de derechos humanos» (CIDH 22).

La verdad vapuleada y asesinada

Es increíble. Tanto agravio a la verdad solo se justifica por el excesivo amor al dinero que tienen estos desalmados. No fue la policía, ni el gobierno, ni la juventud sandinista ni el pueblo el que empezó la orgía de sangre.

Fueron los grupos preparados de previo por las empresas-ONG de derechos humanos, Iglesia Católica, medios de comunicación de la derecha y empresarios, que intentaron aprovechar una medida del INSS –que casi de inmediato fue revocada-, para pretender devolver el poder a las familias oligárquicas encabezadas por los Chamorro, que se erigieron en unos de los líderes del complot.

El informe de la CIDH que mencionan, es el mismo que el CENIDH, la CPDH y la ANPDH confeccionaron para consumo internacional. La mencionada comisión internacional de derechos humanos ni siquiera se molestó en buscar a las verdaderas víctimas de la violencia, que fueron la población sandinista y los familiares de los 23 policías asesinados, al igual que no lo hicieron la UCA y el CENIDH para su provechoso “proyecto”.

Y “las golpizas propinadas con armas, palos y tubos contra los manifestantes desarmados”, fue transmitida efectivamente “por miles de teléfonos” de los verdugos golpistas, con la salvedad de que no fue a como plantea la UCA, sino que las víctimas fueron pobladores y policías, muchos de ellos asesinados y grabados en su agonía por sus victimarios, que se creían triunfantes y por lo tanto impunes.

Esa gente, esos fríos asesinos son los que financia el gobierno de Suiza a través del COSUDE.

Estos son extractos del proyecto de la UCA y el CENIDH:

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