Miembros de la Unión Europea (UE) abordarán este viernes y el sábado las medidas con las que apoyarán los acuerdos alcanzados en Minsk, Bielorrusia, por los líderes del Cuarteto de Normadía por la paz de Ucrania, así como la ayuda a la crisis política en Libia.
Los ministros de Exteriores del bloque estudiarán además el estado de las relaciones bilaterales entre Rusia y Ucrania a raíz del conflicto que sufre el este del país en medio de los preparativos para la cumbre con los países de la Asociación Oriental que tendrá lugar en Riga (capital de Letonia) en mayo.
En los encuentros informales, los 28 no podrán tomar decisiones sobre dichas situaciones, pero expondrán su estrategia de apoyo a los países involucrados en conflictos.
Los presidentes de Rusia, Vladimir Putin, de Francia, François Hollande, y Ucrania, Piotr Poroshenko, junto con la canciller alemana Ángela Merkel (Cuarteto de Normandía), vigilan el cumplimientos de los acuerdos alcanzados en Minsk con el apoyo de la Organización para la Cooperación y Seguridad Europea (OSCE).
Milicias independentistas cumplen con el retiro de artillería pesada de la línea de fuego, tal como establece el acuerdo.
La jefa de la diplomacia europea, Federica Mogherini, el ministro de Exteriores de Letonia, Edgards Rinkevics,- presidente de turno de la UE hasta el 30 de junio-, y ministros de España y Francia encabezarán las reuniones.
Mogherini confirmó que en la cita, la UE discutirá las «medidas e instrumentos para facilitar el cumplimiento de los acuerdos de Minsk en un proceso ordenado y compartido».
«Yo ahora me centraría en qué puede hacer la UE, una contribución directa para cumplir algunos de estos puntos», dijo el miércoles Mogherini en una rueda de prensa en Bruselas.
Los ministros de Exteriores volverán a tratar la situación en Libia y Ucrania en el consejo de Exteriores del próximo 16 de marzo en Bruselas con miras a la cumbre de líderes europeos de los días 19 y 20 de este mes.
La UE respalda la mediación de la ONU entre las diferentes facciones libias para lograr un gobierno de unidad que ponga fin a la violencia, mientras mantiene su preocupación por el avance del autodenominado grupo Estado Islámico (EI) en el país magrebí.
Desde 2011 los mercenarios que apoyaron el derrocamiento de Muammar Gadafi, mantienen el combate por el control del país. En septiembre pasado las milicias extremas de Libia han intentado retomar el control del aeropuerto de la ciudad de Trípoli, que agrupa un aeródromo civil y una base aérea militar.
Otra de las amenazas que enfrenta el pueblo de Libia, es el robo de petróleo por parte la OTAN que controla las plataformas de crudo en el país, así como empresas multinacionales de Estados Unidos, Francia y de la Unión Europea.