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Los ucranianos se creyeron las mentiras del Gobierno estadounidense de que tendrían el apoyo de Washington «durante el tiempo que haga falta», pero ahora se enfrentan al riesgo del declive económico y político de su país, advirtió Douglas Macgregor, un exasesor del Pentágono, en un artículo publicado en ‘The American Conservative’.
El especialista afirma que Ucrania no ha conseguido mejorar su rendimiento en el campo de batalla y decenas de miles de ucranianos muertos y heridos están induciendo, al parecer, a miles de soldados de ese país a rendirse, exhaustos de un conflicto que comenzó desde febrero de 2022.
«Los soldados ucranianos están cansados de morir, y sus sentimientos están justificados», afirma el columnista del medio.
De acuerdo con el exasesor del Departamento de Defensa de Estados Unidos, una vez que las fuerzas rusas establecieron una defensa en profundidad en el este de Ucrania, la precisa y devastadora potencia de fuego de los rusos «empezó a aplastar como moscas a las fuerzas terrestres y aéreas ucranianas que las atacaban».
«Sin ninguna evaluación seria del verdadero potencial militar de Rusia, especialmente cuando se compromete a actuar a las puertas de Moscú en Europa del Este, los dirigentes globalistas-neoconservadores de Washington aseguraron a Zelenski que él y su Gobierno contarían con el respaldo financiero y militar de Estados Unidos y sus aliados de la OTAN durante el tiempo que haga falta», apunta Douglas Macgregor.
«Al igual que los polacos en 1939, que pensaban que su huida a Londres les había comprado protección frente a Alemania y la Unión Soviética, los ucranianos se tragaron las mentiras [de Estados Unidos]. Sin embargo, la geografía ha hecho imposible que Washington afirme su dominio en Europa del Este», afirma el experto.
Según el columnista, las afirmaciones sobre los éxitos ucranianos en el campo de batalla, desde el popular Fantasma de Kiev hasta la supuesta recuperación de Bajmut, resultaron ser «flatulencias con esteroides».
«A medida que aumentaban las pérdidas ucranianas y la contraofensiva de Ucrania fracasaba de forma catastrófica, las cosas se torcieron gravemente para Washington.
Los líderes políticos y militares estadounidenses criticaron cruelmente a Zelenski y a sus altos mandos militares por decisiones estratégicas profundamente erróneas que provocaron grandes pérdidas de hombres y equipos. La búsqueda de una estrategia de salida de Ucrania, sin llamarla abiertamente así, estaba en marcha», observa el analista.
Para Macgregor, ahora es evidente para cada vez más europeos que el presidente ruso Vladímir Putin no estaba ni está interesado en hacer de Ucrania una parte de Rusia.
«El objetivo estratégico de Moscú era y sigue siendo impedir que Ucrania se convierta en una plataforma para la proyección del poder militar estadounidense y de los aliados de la OTAN contra Rusia, no conquistar Europa del Este».
«En su prisa por beneficiarse de la guerra por poderes de Washington en Ucrania, los políticos, jefes corporativos, gestores de fondos de cobertura y magnates de los medios de comunicación de Occidente cometieron un grave error.
Apostaron por el unipartidismo de Washington, por la agenda woke de la izquierda radical y por la guerra de poder permanente de los globalistas contra Rusia. Fue un grave error de cálculo», señala Macgregor.
De acuerdo con el especialista, Washington y sus aliados otanistas se enfrentan a una disyuntiva: reconocer el legítimo interés de seguridad nacional de Moscú en Ucrania y poner fin al «baño de sangre» o arriesgarse a arrastrar a Europa a un devastador conflicto.