Elson Concepción Pérez | Granma
Estados Unidos es un país potencia en lo militar, industrial, científico y económico. Lo es, principalmente, porque está basado en un sistema de explotación que, con sus cañoneras, se apropia de materias primas, mano de obra barata y hasta capta grandes exponentes científicos a nivel mundial, a quienes llevan a territorio norteño a aplicar sus conocimientos. Es el robo de talentos, siempre en detrimento de los países del Tercer Mundo.
Por sus recursos y desarrollo militar los distintos gobiernos estadounidenses se han especializado en elaborar guiones –basados en mentiras– para aplicar sanciones, hacer guerras, apoderarse de recursos energéticos y hasta comprar a otros gobiernos serviles para sus propósitos.
Así, un día escribieron un guion sobre la tenencia de armas de exterminio masivo en Irak, lanzaron contra ese país una andanada de ataques aéreos, lo invadieron, se apoderaron de sus recursos petroleros, sembraron el caos gubernamental, hicieron aparecer a grupos terroristas hasta entonces desconocidos y no dieron ni un centavo para la reconstrucción del país, tarea aún pendiente una década después.
No había pasado un mes de aquella masacre humana y material contra la tierra iraquí y el mismo presidente de Estados Unidos que aprobó el libreto falaz, tuvo que reconocer que en Irak nunca hubo ese tipo de armas y que la guerra se hizo fundamentada en elementos carentes de confirmación.
Los ejemplos son muchos, pero pienso que el iraquí es más que suficiente para advertir a la comunidad internacional sobre el peligro actual, cuando el presidente Donald Trump, rodeado de ultraconservadores de tendencia fascista, escribe nuevos guiones y trama aventuras contra Cuba –una vez más– y contra la República Bolivariana de Venezuela.
El último invento de estos guionistas descalificados lo encontramos en el reciente tuit del presidente Donald Trump, publicado el mismo día del fracasado intento de golpe de Estado en Venezuela, a todas luces con etiqueta Made in Usa.
«Si las tropas y las milicias cubanas no cancelan de inmediato las operaciones militares y de otro tipo con el propósito de causar la muerte y la destrucción de la Constitución de Venezuela, un completo y total embargo, junto con sanciones del más alto nivel, se impondrán a la isla de Cuba», manifestó Trump en la red social.
Sin embargo, la respuesta no se hizo esperar y el Presidente cubano, Miguel Díaz-Canel, enfatizó en la misma red social: «Rechazamos enérgicamente la amenaza de bloqueo total y completo de Trump contra Cuba. No hay operaciones militares ni tropas cubanas en Venezuela. Llamamos a la comunidad internacional a detener esta peligrosa escalada agresiva y preservar la Paz. Basta ya de mentiras».
Y concluyo este comentario con una verdad que todos conocen –y pienso que Trump y su equipo lo saben muy bien–: Cuba tiene en la República Bolivariana de Venezuela a más de 20 000 médicos, enfermeras y otro personal de la salud, encargados de salvar vidas, mientras Estados Unidos con sus sanciones, la guerra económica desatada contra ese país, los ataques contra instalaciones eléctricas y golpes de Estado, solo provocan penuria, falta de medicamentos y alimentos, guarimbas y otras acciones letales contra un pueblo que resiste y no claudica.