* Embajada gringa en Managua está preparada para legitimar un nuevo gobierno impuesto por un golpe de Estado. Certeza de que la oposición golpista perderá en elecciones de 2021, obliga al imperialismo a intentar más acciones desestabilizadoras que incluyen la aniquilación de las bases sandinistas, del Ejército y la Policía.
Impotentes ante la certeza de que el FSLN, con el presidente Daniel Ortega a la cabeza ganará las elecciones del 2021, el gobierno de Estados Unidos prepara el terreno para impulsar un golpe de Estado a desarrollarse en los próximos dos años, reveló el programa Sin Fronteras, dirigido por el periodista William Grisgby Vado.
Grisgby presentó un documento donde se detalla que el plan contempla la contratación de una empresa de Estados Unidos para que se encargue de alterar el orden público en Nicaragua, la que ejecutará acciones vandálicas para llevar a cabo un nuevo golpe de estado antes, durante o después del 2021.
Los fondos para poner en marcha dicho plan serán destinados a través de la Agencia Internacional para el Desarrollo (USAID) y utilizarán a la sociedad civil de Nicaragua para desestabilizar el país.
En el documento se establecen tres escenarios a los que ellos llaman “transición democrática en Nicaragua”. El primero es que el presidente constitucional Daniel Ortega renuncie, tras crear una nueva crisis; el segundo, que hayan elecciones anticipadas y gane la oposición y por último, que en el 2021 salga victoriosa la oposición.
El gobierno de Estados Unidos y sus agentes de la CIA, admiten que Daniel y el FSLN van a ganar las elecciones en el 2021 de manera transparente.
La Agencia añade que el propósito de esta tarea es proporcionar los recursos para crear las condiciones de un golpe de estado en Nicaragua, por lo que involucran a la sociedad civil, medios de comunicación, empresarios y estudiantes.
Otro de los aspectos que deja claro el documento, es que si la oposición logra vencer al FSLN, inmediatamente el nuevo gobierno debe someterse a las políticas establecidas por USAID, ya que los lineamientos a seguir están diseñados.
Según el plan golpista, una vez asuma el poder la oposición, estos deberán dar persecución política a los militantes sandinistas, y disolverán a la Policía Nacional y el Ejército de Nicaragua, entre otras instituciones, tal y como tenían planeado desde el fallido golpe de Estado de 2018..
La USAID deja claro que la presión interna en el país ayudará a que se dé mucho más rápido un golpe de estado, por lo que llama a sus actores a profundizar la crisis política, económica y también la de salud, teniendo en cuenta el contexto del Covid-19.
A pesar de la cantidad de dinero que ha recibido la oposición en Nicaragua por parte de Estados Unidos, la USAID considera que esta no ha logrado la unidad en torno a un partido político o candidato, por lo que en el plan se contemplan cambios abruptos y tener la capacidad de responder rápidamente a las nuevas demandas para instalar un nuevo gobierno.
En el plan golpista mencionan que si la OEA decide volver a influir sobre la reforma electoral, será un importante punto de presión internacional, aunque saben que el gobierno sandinista tiene la capacidad de resistir este tipo de acciones injerencistas, por lo que la oposición en Nicaragua debe prepararse para aprovechar dicha situación.
Confiados en que habrá un golpe de estado en Nicaragua, la Agencia Internacional para el Desarrollo diseño tres escenarios para los que deben estar preparados sus subordinados, pero también para cualquier cosa que se presente de forma imprevista.
Entre los escenarios está la que ellos llaman como transición ordenada, que consiste en la realización de elecciones, sin embargo están claros de que el presidente Daniel Ortega y el FSLN ganaran los comicios de 2021.
Al estar claros que en 2021 el FSLN saldrá victorioso, la USAID plantea una transición retardada o imprevista de gobierno, donde busca crear una crisis política y económica, pero con mucha más relevancia una gran crisis de salud en Nicaragua con el fin de ejercer presión.
Una vez que se logre crear una gran crisis de salud, política y económica en Nicaragua, la USAID intensifica su nueva estrategia programática, lo que llevará a desestabilizar el país, siempre y cuando el FSLN lo permita.
“La oposición puede negarse a participar, o aceptar participar en desventaja, creyendo que aún puede ganar. También es posible que el gobierno permanezca en el poder luego de reformas electorales y elecciones justas”, refiere parte del documento.
Bajo este tipo de situación, la Agencia debe estar preparada para responder de manera inmediata para encaminar a la sociedad civil a implementar acciones vandálicas que desestabilicen el país.
“Por otro lado, una transición demorada puede requerir un mayor énfasis en la investigación y planificación para USAID y para el liderazgo de la sociedad civil, con tipos discretos de actividades de asistencia técnica, si es necesario para mantener su impulso o apoyar su capacidad para promover la transición en el futuro”, reseña el plan golpista.
En tanto, USAID financiará actividades para desestabilizar el país, haciendo uso de socios locales, análisis de la opinión pública y monitoreo de las redes sociales para la creación de noticias falsas.
En el documento se detalla también la participación de la Embajada de Estados Unidos en Managua, la que se encargará de ejecutar una serie de acciones diplomáticas, como la creación de una comisión para legitimar un nuevo gobierno impuesto por un golpe de estado.
“Con frecuencia surgen conflictos entre los grupos campesinos y el resto de la oposición, y los estudiantes a menudo desconfían de los líderes empresariales”, afirma la Agencia Internacional para la Cooperación en el plan intervencionista en Nicaragua.
En el plan crean una serie de suposiciones antes del golpe de estado, que son las que la empresa contratada por Estados Unidos pondrá en marcha junto a la sociedad civil para tener éxito, por lo que llama a la oposición y a los exiliados a realizar acciones injerencistas de forma unificada.
Finalmente, el documento deja claro que el pueblo de Nicaragua se quedará sin los servicios básicos a raíz del golpe de estado orquestado y financiado por Estados Unidos, mientras que el crimen organizado aumentará.