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Estados Unidos busca seguir avanzando en su intento por contener el avance tecnológico y económico de China, con acciones que demuestran cierta histeria por parte de la potencia económica para frenar al gigante asiático.
Un artículo de Global Times sostiene que el gobierno de Estados Unidos se muestra cada vez más «histérico» en su intento por detener el avance chino, al recurrir al espionaje y a la restricción de exportaciones.
«El espionaje y la restricción de las exportaciones se han convertido en tácticas habituales de EEUU, que cada vez se muestra más histérico en sus esfuerzos por contener a China», se lee en el artículo editorial.
En el mismo tono, Lu Xiang, investigador de la Academia China de Ciencias Sociales, declaró al Global Times que si Estados Unidos sigue por este camino, su histeria no hará sino empeorar, y que la historia ha demostrado que ningún país puede sostener su propio desarrollo mediante políticas proteccionistas.
El espionaje al que se hace mención está relacionado con que Mark Warner, presidente del Comité de Inteligencia del Senado de Estados Unidos, señaló el 18 de junio que las agencias de inteligencia estadounidenses tienen que hacer un mejor trabajo en el seguimiento de la tecnología avanzada de China.
«Tenemos que seguir investigando lo que hace China, no solo en el ámbito de los chips, sino en muchos otros», dijo Warner.
En ese sentido, Global Times asegura que las declaraciones de Warner son un llamamiento público a espiar a China y que las tácticas de espionaje de Estados Unidos en tecnología avanzada demuestran una vez más el temor de Estados Unidos al desarrollo de China.
Además del espionaje, está la presión de Estados Unidos sobre sus aliados para que ejerzan políticas contra el avance de China. En marzo de 2024, se supo que Estados Unidos había instado a sus aliados a endurecer aún más las restricciones al acceso de China a la tecnología de semiconductores.
Ante la tibia respuesta de sus aliados, destaca Global Times, EEUU aumentó aún más la presión, utilizando tácticas políticas de alta presión para obligar a sus aliados a «desvincularse» de China en tecnología avanzada.