Un reporte de The Wall Street Journal señala que Estados Unidos no está preparado militarmente para asumir conflictos de «la nueva era de las grandes potencias», aun cuando su presupuesto en defensa anual sobrepasa los 800 mil millones de dólares. ¿Por qué?
El ejército estadounidense pasó casi dos décadas combatiendo insurgencia y gobiernos débiles en lo militar en Asia occidental. Esos conflictos fueron muy costosos, no dieron resultados favorables y retrasaron la producción de armas que se adaptaran a las nuevas formas de librar la guerra.
Recién en 2018 se concentró en la carrera armamentística —ya perdida de antemano— contra Rusia y China, pero la continuidad de la guerra en Irak, su mira puesta en Irán bajo la égida sionista y el actual conflicto en Ucrania, siguen absorbiendo la atención y los recursos. A esto se suma que la consolidación corporativa en la industria de defensa ha dejado al Pentágono con menos fabricantes de armas, según relata el medio neoyorquino.
Otros detalles de la inferioridad del ejército estadounidense:
-Los astilleros luchan por producir los submarinos necesarios para contrarrestar la flota naval más grande de China.
-Los diseñadores de armas se apresuran a alcanzar a China y a Rusia en hipersónicos.
-No cuenta con la capacidad aérea para un conflicto con China.
-Si un conflicto con China le diera a Rusia la confianza para tomar más medidas en Europa del Este, Estados Unidos y sus aliados tendrían que librar una guerra en dos frentes. China y Rusia son potencias nucleares.
-China está desarrollando armas y otras capacidades para destruir los satélites de un oponente.
-Si China termina de controlar geopolíticamente el mar de China Meridional y Taiwán, dominaría las aguas a través de las cuales pasan billones de dólares en comercio cada año.
-Muchos de los sistemas de armas de vanguardia que el Pentágono cree que inclinarán el campo de batalla a su favor no estarán listos hasta la década de 2030. ¿Qué harán mientras?