Diversas fuentes del Gobierno de EE.UU. han expresado su respaldo al intento de golpe de Estado en Venezuela llevado a cabo este martes por un sector de la oposición de este país.
El canciller venezolano Jorge Arreaza y la vicepresidenta de esta nación, Delcy Rodríguez, denunciaron el respaldo de altos dirigentes de EE.UU. a iniciativas golpistas en la nación suramericana.
El Gobierno venezolano ha expresado su rechazo al respaldo emitido por EE.UU. al intento de golpe de Estado llevado a cabo este martes por un sector reducido de la oposición venezolana.
En esta línea se manifestó la vicepresidenta ejecutiva de Venezuela, Delcy Rodríguez, quien repudió los comentarios emitidos por dirigentes del Gobierno de EE.UU.
Diversas fuentes del Gobierno de EE.UU. han expresado su respaldo al intento de golpe de Estado en Venezuela llevado a cabo este martes por un sector de la oposición de este país.
Uno de los primeros en ratificar su apoyo a un intento desestabilizador en el país suramericano fue el senador estadounidense Marco Rubio, quien expresó de forma vehemente su deseo de ver depuesto al Gobierno constitucional del presidente Nicolás Maduro.
“No dejes que te quiten esta oportunidad (…) No permitas que este momento se escabulla. Puede que no vuelva”, aseguró Rubio a través de su cuenta en la red social Twitter.
Sin embargo, el canciller venezolano Jorge Arreaza denunció estas iniciativas estadounidenses, especialmente la emitida por el el secretario de Estado de EE.UU. Mike Pompeo, quien anunció el comienzo de la denominada «Operación Libertad», como ha sido conocido el plan desestabilizador y anunció su completo apoyo a la iniciativa.
Por esta misma vía se manifestó el asesor de Seguridad Nacional del Gobierno estadounidense, John Bolton, quien criticó duramente al ministro de Defensa venezolano, Vladimir Padrino López y ratificó que «los Estados Unidos están con el pueblo de Venezuela», pese a que es un reducido grupo el que intenta promover estas acciones contra el Gobierno nacional.
En los últimos tiempos, EE.UU. ha promovido una serie de acciones desestabilizadoras en Venezuela, con la intención de derrocar el Gobierno del presidente Maduro, al tiempo que ha impulsado estas iniciativas con duras sanciones y una fuerte campaña mediática a nivel internacional que aspira contrarrestar los logros de la Revolución.