El exnuncio está acusado de abuso de funciones, malversación de fondos y soborno en relación a la venta de un immueble.
Uno de los principales acusados en el juicio que se está llevando a cabo en el Vaticano por malversación de fondos de la Secretaría de Estado de la Santa Sede en la compra de un edificio en Londres en 2014, el cardenal Angelo Becciu, podría sufrir varios años de prisión según la condena que pidió este miércoles el promotor de justicia (fiscal) vaticano Alessandro Diddi.
El caso
El fiscal pidió una condena de siete años y tres meses de prisión y una multa de 10.329 euros además de la inhabilitación perpetua para ocupar cargos públicos. Becciu está acusado de abuso de funciones, malversación de fondos y soborno. El cardenal en el momento de la operación inmobiliaria era sustituto para Asuntos Generales de la Secretaría de Estado, donde había sido nombrado en 2011 por el Papa Benedicto XVI, cargo que mantuvo hasta 2018.
El proceso fue motivado por una operación financiera poco clara que salió a relucir en 2019, al parecer denunciada por empleados vaticanos y luego confirmada por personal de la Guardia de Finanzas, la policía financiera italiana que se ocupa de descubrir este tipo de delitos. La maniobra inmobiliaria se llevó a cabo a través de una cuenta bancaria que dependía de la Secretaría de Estado Vaticana y donde confluían fondos del Obolo de San Pedro (donaciones de los cristianos destinadas a obras de caridad) y del Instituto para las Obras de Religión o IOR, en realidad el Banco Vaticano. Con los fondos de esta cuenta bancaria fue comprado en 2014 un edificio en una zona muy cotizada de Londres (Sloane Avenue) por más de 200 millones de euros. Y por esa compra se pagaron considerables comisiones a los intermediarios.
Diplomático de carrera
Diplomático de carrera, 75 años, originario de la isla de Cerdeña, Becciu se desempeñó en las nunciaturas (embajadas vaticanas) de varios países africanos y europeos. El papa Benedicto XVI lo nombró nuncio en Cuba en 2009 y en 2011 Sustituto para Asuntos Generales de la Secretaría de Estado Vaticana, de hecho sede del virtual primer ministro o secretario de estado vaticano. El papa Francisco, que asumió como Pontífice en 2013, conoció a Becciu cuando trabajaba en la Secretaría de Estado. Se dice que nació una buena colaboración entre ambos, entre otras cosas por el conocimiento que Becciu tenía de América Latina y porque hablaba español. Francisco lo consagró cardenal en 2018 y al mismo tiempo lo nombró miembro de la Congregación para la Evangelización de los Pueblos.
En septiembre de 2020, algunos meses después de que el escándalo saliera a relucir y luego de haber ordenado una investigación, el Papa Francisco destituyó a Becciu de todas sus funciones en el Vaticano (era Prefecto de la Congregación para las Causas de los Santos hasta ese momento). Si bien sigue siendo cardenal, perdió todos los derechos cardenalicios, como por ejemplo el poder votar en el cónclave para la elección de los próximos papas.
Los otros acusados
Junto a Becciu, otras personas están siendo juzgadas por la compra del edificio en Londres. Para nueve de ellas el fiscal pidió también condenas que suman en total (incluido Becciu) 73 años y un mes de prisión además de inhabilitaciones y multas.
El promotor de justicia llegó a esta conclusión después de 67 audiencias que ha tenido hasta ahora el proceso iniciado en 2021. Ahora serán los jueces quienes tendrán que evaluar el pedido del fiscal y decidir sobre las condenas. La próxima audiencia se prevé no antes de 27 de septiembre.
En la audiencia de este miércoles en la que se escuchó el pedido del fiscal y que se realizó, como todas las demás, en una sala especial de los Museos Vaticanos, no estuvo presente ninguno de los acusados.
Para otro de los acusados, Cecilia Marogna, analista política y consejera asumida por Becciu, el juez pidió 4 años y tres meses de reclusión. Tres de las cuatro sociedades involucradas, HP Finance LLC con base en Miami (EEUU), Sogenel Capital Investments (en Suiza) y Prestige Family Office (en Suiza y Monaco), estaban dirigidas por otro de los acusados, Enrico Crasso, quien durante casi 20 años tuvo en sus manos la gestión de los fondos financieros de la Secretaría de Estado. Para Crasso el fiscal pidió 9 años y 9 meses de cárcel. Para las empresas implicadas (a las tres mencionadas se agregó la Logsic Humanitarne Dejavnosti D.O.O) fueron decididas sanciones pecuniarias de 150.000 euros a cada una, además de sanciones interdictivas de 3 años que impiden contratos con la admnistración vaticana.
Para monseñor Maurizio Carlino, secretario privado de Becciu en el momento de la compra, se pidieron 5 años y cuatro meses de reclusión mientras que en el caso de Fabrizio Tirabassi, ex funcionario de la oficina administrativa de la Secretaría de Estado Vaticana, se pidió la pena más alta de todas: 13 años y 3 meses de cárcel además de multa e inhabilitación como a todos los demás.
Como corolario de la investigacion que condujo a este juicio y a otros procesos vinculados a malversación de fondos del IOR (el banco vaticano), el Papa Francisco en diciembre de 2020 , a través de un decreto papal (Motu Proprio), eliminó las funciones económicas y financieras que tenía la Secretaría de Estado vaticana, trasladando esas actividades económicas al ente denominado Administración del Patrimonio de la Sede Apostólica (APSA) Sede que deberá a su vez ser controlado por la Secretaría para la Economía.
La defensa de Becciu
El caso Becciu es sin duda alguna el más grave de todos por tratarse de un cardenal, los “príncipes” de la Iglesia como se los llamaba en un tiempo, que detentan el poder, entre otras cosas, de cuestionar las decisiones papales en ciertos casos y de elegir el nuevo Pontífice. Además están al frente de numerosas instituciones o ministerios dentro de la Santa Sede.
“Soy víctima de un complot. Esperaba desde hace tiempo conocer las acusaciones en mi contra para poder demostrar al mundo mi completa inocencia”, dijo el cardenal Becciu en un comunicado cuando se difundió que sería procesado hace dos años. “Finalmente ha llegado el momento de aclarar y el Tribunal podrá descubrir la total falsedad de las acusaciones y las maniobras oscuras que evidentemente las han sostenido y alimentado”, concluyó en aquel comunicado.
Hoy sus abogados agegan que Becciu “es inocente y siempre un leal servidor de la Iglesia. Los pedidos del promotor de justicia no tienen en cuenta los resultados del proceso que han demostrado la absoluta inocencia del cardenal”, declaron los abogados defensores Maria Concetta Maro y Fabio Viglioni. “Ni un día de condena sería una pena justa”, agregaron. “El cardenal ha sido siempre un fiel servidor de la Iglesia y ha sufrido en silencio defendiéndose en el proceso, y participando de las audiencias y sometiéndose a largos interrogatorios para aclarar todos los equivocos”, concluyeron los abogados.