El canciller venezolano denunció que en EU manda una “élite guerrerista que no respeta el derecho internacional” en repudio a las nuevas sanciones de Washington.
“El mundo identificó hace décadas una élite guerrerista, supremacista y antidemocrática, que gobierna en Washington”, aseveró el ministro venezolano de Exteriores, Jorge Arreaza, mediante un mensaje publicado el martes en su cuenta de la red social Twitter.
El máximo diplomático venezolano fustigó asimismo la falta de respete de esa élite estadounidense al derecho internacional y los derechos humanos, pero ha asegurado que los gobernantes norteamericanos “más temprano que tarde, tendrán que rendir cuentas ante la humanidad” por sus medidas ilegales.
Arreaza publicó el comentario en reacción a las nuevas sanciones impuestas la misma jornada de ayer martes por el Departamento del Tesoro de Estados Unidos contra cinco funcionarios del gobierno venezolano, entre los que se encuentran destacados oficiales militares.
Las nuevas personas afectadas por las sanciones, se suman de hecho a la larga lista de cientos de individuos y funcionarios vinculados con el Ejecutivo venezolano que han sido objeto de embargos de Washington.
El 5 de agosto pasado, la Casa Blanca dio un paso más al congelar todos los bienes del Estado venezolano en territorio estadounidense y aplicar también lo que se denomina ‘sanciones secundarias’, contra empresas e individuos que de manera directa o indirecta hagan negocios con el Gobierno venezolano.
Con esta guerra económica, que ha sido endurecida en los últimos años, Washington busca generar descontento entre el pueblo venezolano, en un intento fallido por provocar un golpe de Estado y forzar el derrocamiento del presidente de Venezuela, Nicolás Maduro.
El Gobierno de Caracas ha tachado de terrorismo económico las sanciones estadounidenses, pues están repercutiendo negativamente en la población. Pero ha asegurado que luchará con toda su fuerza y con el apoyo de sus aliados para neutralizar los complots golpistas de EE.UU. que sueña con imponer un gobierno que sea sumiso a sus órdenes en la República Bolivariana.