Venezuela: Golpe a golpe, verso a verso

 

Aram Aharonian | Sur y Sur

En Venezuela hay un proceso de desestabilización en pleno desarrollo… desde hace unos 27 años, cuando Hugo Chávez llegó a la presidencia en 1998 por la vía electoral, hay golpe en continuado aupado por los sucesivos gobiernos estadounidenses, la derecha europea (en especial la española) y que amenaza profundizarse con el segundo gobierno de Donald Trump.

Es un intento permanente por golpear a la democracia cuando ésta no conviene a los intereses de los poderosos, que deja en claro dos puntos: la solidez del gobierno bolivariano y los sucesivos errores de la oposición, entre ellos pretender desmantelar por completo lo existente, acompañados de un intento de subordinación a Estados Unidos.

El ascenso de Donald Trump a la presidencia crea un nuevo cuadro internacional que altera el entorno político y estratégico de Venezuela, ante las latentes amenazas para la seguridad e integridad del país, desde un posible incremento de sanciones.

La posibilidad de una intervención militar directa, obliga a Venezuela a replantear sus decisiones internas, adaptar la estructura institucional y reforzar su estrategia de defensa nacional para enfrentar la nueva situación y un eventual conflicto de agresión.

El nuevo panorama, caracterizado por el poderío sin control que tiene Trump, condiciona no sólo la política exterior de Venezuela, sino también su política interna, en un marco internacional de guerras, tensiones e incertidumbre.

La declaración de Trump sobre Panamá no es un hecho aislado: ha endurecido sus políticas hacia América Latina, especialmente hacia México, con la militarización de la frontera, deportaciones masivas y un alza de aranceles. Su escala y agresividad representan un nuevo nivel de confrontación.

El analista Leopoldo Puchi señala que la reincorporación de Cuba a la lista de países patrocinadores del terrorismo, que revierte el paso del expresidente Joe Biden para normalizar relaciones, es un acto de presión que refleja más arrogancia que estrategia.

El problema de Venezuela ha sido la ineficiencia y hoy se hace necesario que se mantenga y se incremente el cambio económico que ya se ve en las calles. Tras las elecciones, Estados Unidos impuso nuevas sanciones económicas a funcionarios chavistas y aumentó la recompensa por la cabeza de Maduro de 15 a 25 millones de dólares. (No caben comentarios sobre esta forma de imponer la democracia).