* Simeón Rizo Briceño compareció como dueño de Expediente Abierto S.A., y además logró que el IEEPP (ambos ligados a Meléndez), firmara un convenio de ayuda con la Fundación “Soy Humano”, propiedad del capo sudamericano. En medio de todo, un misterio: ¿dejó el fallecido narcotraficante 900 millones de dólares escondidos en Nicaragua?
Entre 2011 y 2012, el colombiano Julio César Paz Varela, conocido por las autoridades de su país como “El Zar de las drogas sintéticas”, se paseó como “Pedro por su casa” en las oficinas de diversas ONG -el IEEPP entre ellas-, e incluso en uno que otro centro de estudios superiores como la Universidad de Ciencias Comerciales (UCC).
Paz Varela logró una especie de hermanamiento total con las organizaciones a las que se acercó a través de la Fundación “Soy Humano”, de su propiedad, la que presuntamente ayudaba a la recuperación y reinserción social de jóvenes atrapados por las drogas.
El Instituto de Estudios Estratégicos y Políticas Públicas (IEEPP), la Universidad de Ciencias Comerciales (UCC), Fundación “Padre Fabreto”, Fundación Cultural “Subtiava” y otras ONG nicaragüenses, desarrollaron trabajo y firmaron convenios de cooperación con la Fundación “Soy Humano”, estableciendo vínculos integrales de colaboración y asistencia entre dichas organizaciones.
El narco colombiano fue abatido en su país el 4 de octubre de 2014 junto a otras ocho personas, en un enfrentamiento armado con un grupo de narcotraficantes rivales que se disputaban el control de un territorio. El hecho fue destacado por los medios de comunicación colombianos como la muerte del más fuerte traficante de droga sintética en esa nación.
Simeón Rizo los entrelaza
La historia de Julio César Paz Varela es conocida en Nicaragua, pero no en su totalidad. Por ejemplo, hay hechos que llaman poderosamente la atención, uno de ellos el vínculo existente entre Javier Meléndez Quiñonez con ese caso.
El que une los lazos entre Meléndez Quiñónez y el narco colombiano es Simeón Rizo Briceño, quien siendo funcionario del IEEPP presentó ante ese organismo a Paz Varela en enero de 2011, promoviendo además la firma de un convenio entre Meléndez, fundador del IEEPP, y la Fundación “Soy Humano”, del capo sudamericano.
Rizo Briceño además compareció como copropietario en el acta constitutiva de Expediente Abierto S.A., una empresa privada de Javier Meléndez Quiñónez, financiada, entre otros, por la oficina de cooperación de Suiza, COSUDE.
Solo la punta del iceberg
¿Qué se mueve por debajo de tanta ONG y empresas acopiadoras de millones de dólares provenientes de agencias extranjeras injerencistas, de acoso, espionaje y desestabilización? Recordemos que en los años 80 del siglo pasado, la CIA traficó drogas y armas para financiar a la contrarrevolución nicaragüense, una vez que el Congreso gringo prohibió la ayuda debido a sucesivos escándalos de corrupción.
Simeón Rizo Briceño, funcionario del Instituto de Estudios Estratégicos y Políticas Públicas (IEEPP), lleva a Paz Varela a las instalaciones de dicha ONG en enero de 2001, aconsejando un convenio con “Soy Humano”, lo que finalmente logra el 30 de marzo del mismo año, rubricado por Julio César Paz Varela, de la Fundación colombiana y Claudia Pineda Gadea, en su calidad de directora Ejecutiva del IEEPP tras relevar en el cargo a Meléndez Quiñónez.
Desde entonces realizaron diversas actividades conjuntas en varios centros educativos de Managua, y Paz Varela visitaba con frecuencia las oficinas del IEEPP, donde se reunía con la plana mayor de ese organismo al que también pertenecía Félix Maradiaga Blandón.
Huye de Nicaragua tras muerte de Cabral
En la consolidación de su actuar delictivo, el denominado “Rey de la droga sintética”, Julio César Paz, acompañado del entonces embajador de Colombia en Nicaragua, Antonio González, firma un convenio de cooperación con el rector de la Universidad de Ciencias Comerciales (UCC), Gilberto Bergman Padilla, para brindarles capacitación sobre el tratamiento y prevención de la drogadicción, ofreciéndoles gestionar financiamiento para esa universidad que funciona como ONG.
El 14 de mayo de 2012, después que se hace público el asesinato del cantautor argentino Facundo Cabral por orden del capo costarricense Alejandro Jiménez, alias “El Palidejo”, Julio César Paz Varela huye de Nicaragua con su esposa Diana Saldaña Rivera.
Según la versión de su esposa, se traslada primero a Honduras y luego a Colombia. Tras su salida quedan en el país algunos colombianos que operaban con él, quienes fueron saliendo paulatinamente.
En desbandada
La casa donde funcionaba el centro fue cerrada, los colombianos que no salieron inmediatamente se hospedaron en casas de nicaragüenses con quienes habían entablado vínculos, y se fueron gradualmente del país.
Se conoce que se quedó aquí Carlos Andrés Gironza Rojas, pasaporte colombiano CC94040374, quien estableció unión de hecho estable y procreó dos hijos con una nicaragüense.
El 2 de julio de 2014, Julio Cesar Paz Varela fue capturado en una finca localizada en la vereda El Espinal, en la región del Toro (Valle del Cauca), Cali, Colombia, siendo acusado de extorsión agravada, tráfico ilegal de drogas y crimen organizado, pero salió libre una semana después producto de argucias legales.
Informes policiales colombianos señalan que Paz Varela comenzó a delinquir como sicario en el Valle del Cauca cuando tenía 16 años y se le atribuye ser el jefe de una ‘Oficina de Cobro’ en Cali, calculando que había 200 hombres bajo su mando que se dedicaban al sicariato, a cometer extorsiones y a la venta de estupefacientes. Se le responsabilizó de ocho homicidios en la región del Valle del Cauca.
Muerte del capo y el misterio de los US$ 900 millones
El 4 de octubre de 2014, Paz Varela muere en Cali, Colombia, junto a ocho personas más, en medio de una balacera producto de una vendetta entre narcotraficantes que se disputaban el control de un territorio.
Luego de la muerte de Paz Varela, circularon en Nicaragua varios correos electrónicos supuestamente de los colombianos Carlos Andrés Gironza Rojas y Juan Manuel Vélez Trujillo, en los que entre otras cosas señalaban que Paz Varela dejó 900 millones de dólares “encaletados” en nuestro país, y que un grupo de sicarios en Colombia se estaba preparando para venir a recuperarlos.