*Algo que denunciamos a diario en Nicaleaks con abundante documentación, lo había puesto en evidencia en febrero de 2007 Julian Assange en Wikileaks: la Embajada de Estados Unidos en Managua se reunió con la directora de organización de la ALN y le sugirió que coordinara con organizaciones no gubernamentales, ONG amigas, que pudieran recibir fondos de EE.UU.
Marco A. Gandásegui, hijo*
Hace apenas un lustro las filtraciones que hizo Wikileaks del intercambio de correos electrónicos del Gobierno norteamericano con sus embajadas en el mundo provocaron uno de los escándalos más grandes de la historia.
El director de la operación —Julian Assange— se encuentra aún asilado en la Embajada de Ecuador en Londres, donde el largo brazo represivo de Washington lo tiene privado de libertad. Acaba de aparecer el libro ‘The WikiLeaks Files: The World According to U.S. Empire’, donde revelan la habitual mecánica de intervención política de EE.UU. en América Latina.
Los autores del libro —Alexander Main y Dan Beeton— demuestran cómo EE.UU. apoya a la derecha política, a pesar de ser violenta y antidemocrática. Según los autores, ‘los cables dibujan una imagen viva de la mentalidad ideológica de Guerra Fría de los altos emisarios de EE.UU. y muestran cómo éstos usan medidas coercitivas’.
En el caso de Panamá, Wikileaks hizo públicos los correos electrónicos que enviaba la embajadora de EE.UU. al Departamento de Estado en 2010 solicitando consejos de cómo enfrentar al entonces presidente Ricardo Martinelli, quien quería utilizar el equipo de escuchas de la Embajada para espiar a la oposición política.
El libro de Main y Beeton se concentra en los correos electrónicos enviados por los diplomáticos (espías) en las embajadas de EE.UU. en Bolivia, Nicaragua, Ecuador, Haití y Venezuela. En el caso de Bolivia, apenas dos días después de su toma de posesión, el presidente Morales recibió una visita del embajador David Greenlee. El embajador fue directamente al grano: la asistencia multilateral a Bolivia supervisada por EE.UU. dependería del buen comportamiento de su Gobierno.
Según el correo enviado y filtrado, ‘el embajador mostró la crucial importancia de las contribuciones de EE.UU. a las financieras [sic] internacionales claves. Cuando piense en el BID, debe pensar en EE.UU. Esto no es un chantaje, es la simple realidad. Espero que usted, como presidente de Bolivia, comprenda la importancia de esto’.
Los métodos empleados en Bolivia se reprodujeron en Nicaragua. Tras el retorno de los sandinistas al poder, la Embajada de EE.UU. en Managua reforzó el apoyo al partido de la oposición de derecha, Alianza Liberal Nicaragüense (ALN).
En febrero de 2007, la Embajada se reunió con la directora de organización de la ALN y le sugirió que la ALN coordinara con organizaciones no gubernamentales (ONG) amigas que pudieran recibir fondos de EE.UU.
La líder de la ALN dijo que ‘remitiría una lista completa de las ONG que apoyan a su organización’. La Embajada organizó ‘las reuniones con los directores del IRI [International Republican Institute] y con el NDI [National Democratic Institute for International Affairs]’.
En el caso de Ecuador, un correo enviado por la Embajada señalaba que había ‘advertido a nuestros contactos sobre la amenaza que representa (el presidente) Correa y había desaconsejado alianzas políticas que pudiesen dar estabilidad al radicalismo percibido en Correa’. Después de la elección de Correa, la Embajada mandó un correo al Departamento de Estado diciendo que ‘esperamos maximizar nuestra influencia trabajando en concierto con otros ecuatorianos y grupos que comparten nuestra visión’.
En Haití, la Embajada trabajó en estrecha colaboración con grandes empresas petroleras para impedir que el Gobierno de René Préval se uniera a PetroCaribe, a pesar de reconocer que ‘ahorraría 100 millones de dólares estadounidenses por año’, como informó ‘The Nation’.
En abril de 2006, la embajadora Sanderson escribió: ‘Continuaremos presionando al presidente Préval en contra de unirse a PetroCaribe. El presidente Préval conoce nuestras preocupaciones y es consciente de que un acuerdo con Chávez podría causarle problemas con nosotros’.
Los correos filtrados de Wikileaks desde 2004 denunciaban los planes de Washington en Venezuela. En agosto de 2009, un cable secreto cita a un contratista de la AID/OTI, Eduardo Fernández, diciendo que ‘las calles están calientes’, en referencia a las protestas, y ‘toda la gente (que organiza las protestas) son nuestros financiados’.
Un correo también revela que en 2002 el dirigente estudiantil Nixon Moreno lideró un grupo que intentó linchar al gobernador del Estado de Mérida. En 2004 otro correo afirma que el mismo ‘Moreno participó en el Programa de Visitantes Internacionales’ del Departamento de Estado en Washington. Moreno sería buscado más tarde por intento de asesinato y por amenazar a una agente de policía, entre otros cargos.
Assange espera recuperar su libertad este año, gracias a las gestiones de Ecuador. Continuará trabajando filtrando los correos del Gobierno de EE.UU.
*Profesor de la Universidad de Panamá.