Zelaya: «Honduras es utilizada como un laboratorio del capitalismo salvaje»

El Destape

Entrevista a Manuel Zelaya, ex presidente de Honduras, al cumplirse seis años del golpe de Estado que puso fin a su mandato y dejó al país inmerso en una profunda crisis. Por Ayelén Oliva.

 A seis años del golpe de Estado que terminó con el gobierno del presidente Manuel Zelaya, Honduras se sumerge en una crisis política cada vez más profunda, que se ha visto intensificada este último mes mediante decenas de manifestaciones que exigen, en las calles, la renuncia del presidente Juan Orlando Hernández.

En diálogo con El Destape, el ex presidente Zelaya repasa las deudas que siguen pendientes desde el 28 de junio de 2009, día en que fue arrancado de la casa presidencial para ser llevado a Costa Rica, en un operativo montado por las fuerzas armadas y la oposición. El ex presidente asegura que Honduras «esta siendo utilizada, en este momento, dentro de los planes norteamericanos, como un laboratorio para el nuevo modelo del capitalismo salvaje del siglo XXI» y es categórico cuando afirma que en su país «nunca se formó el Estado».

En su última visita a Caracas, Zelaya conversa con este medio mientras tuitea una foto suya en la que se lo ve con campera de cuero marrón, sombrero blanco y un pulgar arriba, así responde a una acusación que busca implicarlo en el aterrizaje de un avión fantasma vinculado al tráfico de drogas durante su mandato. Asegura que «las redes sociales son el contrapeso a las corporaciones de la comunicación, si no las tuviéramos estaríamos silenciados como lo hemos estado por siglos».

– Ante los casos de corrupción dados a conocer en Honduras en los últimos meses ¿Cómo analiza las protestas sociales que exigen la renuncia del presidente?

– El pueblo hondureño está en un proceso de toma de conciencia de sus derechos y de su capacidad de protesta y lo hace en las calles desde el golpe de Estado, desde que fui sacado a bala y expulsado del país, tuve el cuidado de usar la palabra resistencia, insurrección pacífica. Considero que la única forma de derrotar al sistema es con una estrategia pacífica, las estrategias violentas van a ser derrotadas siempre, claro que lo pacífico requiere más tiempo.

-¿En qué cree que van a derivar estas manifestaciones?

– Todos los procesos políticos tienen un objetivo que es la transformación del país, eso requiere cambios y los cambios no son gratis ni fáciles, en este sentido, podemos estar seguros que esto va a derivar en un avance. Si reprimen estas manifestaciones el pueblo va a tomar todavía más conciencia de su realidad. Es un avance, es un proceso. Esperamos el mejor resultado, aunque no nos preocupa tanto el resultado sino el proceso en sí mismo, que sea realmente la búsqueda de equidad, justicia y castigo a los corruptos.

Los manifestantes están exigiendo la renuncia del presidente, que a mi me hayan sacado a balazos le sirvió al pueblo para saber que un presidente se puede ir cuando quieran. La elite hondureña asentó a un pésimo presidente y ahora están pagando un mal gobierno, se equivocaron al sacarme, en lugar de sacar al país adelante, lo hundieron. Y hoy la gente está desesperada, ya no son los militares que están en contra del presidente, ni es la oligarquía, es el pueblo.

– En plena crisis política el presidente Hernández ya viajó dos veces a los Estados Unidos ¿Cómo analiza los vínculos entre el actual gobierno hondureño y ese país?

– A Honduras la gobierna Estados Unidos pero la administra un presidente. Es la cruda realidad. Cuando estuve al frente del gobierno inicié relaciones con el sur, con Daniel Ortega, Evo Morales, Lula Da Silva, Hugo Chávez, Cristina Fernández, traje a Petrocaribe, al ALBA y fue así que el imperio se irritó. Empezaron a atacar día y noche. Me lo dijo el presidente Bush frente a varios ministros, a los seis meses de haber asumido: «Usted no puede ser amigo de Hugo Chávez si quiere ser amigo de Estados Unidos». Evidentemente Honduras es lo que los norteamericanos llaman el Triángulo Norte junto a Guatemala y El Salvador. Cuando yo intento abrir el Estado para mejorar la relación Estados Unidos se irritan y comienza la CIA y el Comando Sur a hostigar, a conspirar.

-¿Y cómo fue el vínculo de su gobierno con los Estados Unidos?

Cuando gané llegó el embajador de Estados Unidos y me entregó la lista de mi gabinete. Yo me rebele contra eso. A la semana siguiente, llegó un pedido de asilo político a través de mi canciller Jiménez Puerto para Luis Posada Carriles, terrorista internacional, acusado de grandes crímenes. Al poco tiempo me pidieron que me alejara de Hugo Chávez. Después de eso, a los tres años me quitaron del gobierno. Si quieres conocer la situación de Honduras, tienes que investigar los planes norteamericanos y ahí entiendes todo lo que está pasando.

-¿Cómo analiza la crisis institucional que atraviesa Honduras en este momento?

En Honduras nunca se formó el Estado. Al país lo siguen manejando intereses particulares, trasnacionales especialmente extranjeras. El Estado practicante no existe sino que está al servicio de todo eso. La división de poderes que se necesita para cualquier Estado democrático, no se da. La justicia está manipulada, los fiscales están manipulados, es este sentido lo que decide Estados Unidos es lo que hacen. Juan Orlando no opina, Juan Orlando solamente obedece.

– ¿Y en la región? ¿Qué movimientos observa?

Como dijo Rafael Correa, hay una restauración conservadora en América Latina que implica golpes de Estado, militarización de la región, protección de las trasnacionales, mayor control mediático y de los aparatos de justicia de nuestros países. Honduras está siendo utilizada en este momento, dentro de los planes norteamericanos, como un laboratorio para el nuevo modelo del capitalismo salvaje del siglo XXI, que implica modificaciones de leyes. Los ciudadanos en los últimos seis años hemos perdido todos los derechos.

Entonces ya no existe el Estado democrático, tenemos un Estado represivo donde impera lo que ellos llaman orden, el mismo orden que figuraba en la doctrina de la Seguridad Nacional: Plomo para mis enemigos, plata para mis amigos. Sin embargo, el proceso de empoderamiento de la ciudadanía ya empezó en Honduras y no lo va a detener nadie.

-¿Qué heridas siente que siguen abiertas a seis años del golpe de Estado?

– La poca institucional que había se derrumbó, se destruyó después del golpe. Todo lo que surge después del golpe a la fecha fue un drama, una tragedia, miles de muertos, más pobres, más deuda, más corrupción. Honduras necesita refundarse, reactivar otra vez el pacto social, una asamblea constituyente que implica diálogo social sobre todo, es lo que la elite hondureña no acepta, el proceso de refundación. Pero ese es el camino, no tenemos otro.

-Y en ese sentido ¿Qué rol juega el partido Libertad y Refundación (Libre) en la posibilidad de una refundación de Honduras?

– Libre es un partido en proceso de construcción que nació en las calles después del golpe. Hoy los indignados están en la calle y ahí esta Libre también. Honduras está en un proceso de transformación que, como en toda crisis, comienzan a surgir nuevas criaturas y en este caso son los nuevos espacios que buscan una solución a los problemas del país de manera pacífica. Estamos luchando para tener un Estado democrático, republicano, donde impere realmente la justicia y donde respeten los derechos ciudadanos.

 

 

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