Lula: la UE, Mercosur, China, claves para el nuevo Gobierno

El presidente electo de Brasil ya ha manifestado líneas de acción para el desenvolvimiento de política exterior en los próximos años. ¿Cómo será su relación con los vecinos?¿Con China y los BRICS? En diálogo con Sputnik, el economista Marcelo Elizondo responde a los desafíos del nuevo mandatario.

Luego del estrecho triunfo electoral de Luiz Inácio Lula da Silva frente al presidente Jair Bolsonaro, el panorama internacional de los próximos años en Brasilia comienza a manifestarse.

Al hablar por primera vez este 30 de octubre, el presidente electo «hizo muchas señales internacionales, para ser un discurso de día de victoria». Mencionó, entre otras cosas, su intención de «reconstituir el Mercosur», como también «recomponer la relación» con la Unión Europea (UE), dijo a Sputnik el economista argentino Marcelo Elizondo.

Este es un tema fundamental, ya que, durante la campaña electoral, el futuro mandatario dijo que “su vocación es volver a la negociación con la Unión Europea», afirmó el economista.

Uno de los temas fundamentales en política exterior y económica será adecuar Brasil «a los requisitos ambientales que forman parte del nuevo consenso mundial, lo cual es una señal directa a la UE, que está objetando la política ambiental de Bolsonaro en el Amazonas», destacó Elizondo.

Sin embargo, existe una incertidumbre sobre si Brasil está dispuesto a suscribir ciertos requisitos que se le impondrán, como por ejemplo, adherir al Acuerdo de París», el tratado internacional vinculante sobre el cambio climático de Naciones Unidas de 2016, manifestó Elizondo.

Europa, un lugar donde «Bolsonaro caía muy antipático», ha puesto la cuestión del medio ambiente como excusa para negociar con el Mercosur, y se supone que a Lula “le interesará revisar la negociación con la UE», agregó.

 

Perspectivas para el Mercosur

En materia regional, el desafío de Lula, que tiene una posición «un poco más internacionalista para el Mercosur que Bolsonaro», será volver a liderar y potenciar al bloque económico sudamericano, pero «no sabemos qué va a pasar con el resto del Mercosur», ironiza Elizondo.

En cuanto a Uruguay, lo más probable es que el país acompañe la negociación con la UE, dado que siempre ha sido más favorable al acuerdo, señala el economista. Esto, a pesar de la relación de Uruguay con China, ya que el Gobierno de Luis Lacalle Pou pretendió negociar extra bloque un acuerdo bilateral de comercio con el país asiático.

La incertidumbre rodea la relación de Argentina con el Mercosur y su posición frente a los tratados internacionales, debido al panorama político interno que enfrentará el presidente Alberto Fernández durante 2023, ya que durante el año próximo se realizarán las elecciones presidenciales, a lo que se suman los problemas domésticos, y la “incapacidad del Gobierno para asumir una agenda estratégica de mediano plazo», comentó Elizondo.

Inclusión de Argentina en los BRICS

En cuanto a la posibilidad de que Argentina integre la asociación económica-comercial de las economías emergentes nucleadas en el grupo BRICS —Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica—, el economista sostiene que «probablemente Lula apoya», pero “no con una actitud de demasiada contundencia, creo que será más bien un apoyo protocolar».

El Gobierno argentino «está muy débil, no tiene mayoría en el Congreso, me parece que se generaría una discusión muy fuerte» en el ámbito legislativo con relación a los BRICS.

«No sé si es una discusión que se va a dar. Argentina empieza el proceso electoral en agosto del año que viene, falta poco, no sé si es el momento», pronosticó Elizondo.

Sistema de pagos en monedas nacionales

La posibilidad de crear un sistema de pagos comerciales en monedas nacionales entre Brasil y Argentina, como lo fue explicitado en el memorando de «integración total» que el embajador argentino Daniel Scioli hizo entrega al excanciller y asesor internacional de Lula, Celso Amorín, es un proyecto probable de realizar a ojos del economista.

Elizondo afirma que es un proyecto factible desde el punto de vista político, dada la afinidad existente y latente entre Fernández y Lula, «es parte del acercamiento entre los dos países que podría estar simbolizado en eso».

Pero las dudas recaen sobre el punto de vista operativo. «Si Argentina cobra en reales muy bien, es una moneda más fuerte que la argentina. Ahora, si paga en pesos, ¿los brasileños los van a aceptar? Hay que ver si eso funciona», concluyó.

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