Más de 1.500 personas han sido detenidas en las protestas contra la investidura.
Con una solemne ceremonia, pero más sencilla que en ocasiones anteriores, Vladímir Putin ha tomado posesión por cuarta vez comopresidente de Rusia. Ante los presidentes del Tribunal Constitucional y de las dos Cámaras del Parlamento, Putin ha jurado sobre un ejemplar de la Constitución rusa “respetar” al pueblo ruso y “defender” la Carta Magna y “la integridad territorial” de Rusia.
Putin ganó las elecciones presidenciales del pasado 18 de marzo con una amplia mayoría (76,69 %) y estará en el poder durante seis años más. Cuando termine su cuarto mandato como presidente se habrá convertido en el mandatario ruso que más tiempo ha estado al frente del Kremlin desde el dictador soviético Iósif Stalin.
La ceremonia ha tenido lugar en el Gran Palacio del Kremlin. Ha comenzado sin la presencia de Putin y con la clase política rusa esperando al protagonista.
El Kremlin ha renunciado este año a organizar la llegada de Putin por las calles del centro de Moscú. Tampoco se ha previsto una recepción oficial tras la toma de posesión, como en la ceremonia del año 2012. Para esta ocasión, dijo una fuente del Kremlin a la agencia Ría Novosti, se ha pensado que será suficiente con la recepción del próximo 9 de mayo, cuando se celebrara el Día de la Victoria contra la Alemania nazi en la Segunda Guerra Mundial.
Tras la entrada de soldados de la guardia presidencial con la bandera y los símbolos del país, y de presentar al presidente del Constitucional, Valeri Zorkin; al presidente de la Duma (Cámara Baja), Viacheslav Volodin; y a la presidenta del Consejo de la Federación (Cámara Alta), Valentina Matveenko; las cámaras de televisión se han trasladado de edificio y han ido a buscar a Putin, que estaba esperando en su despacho.
Entonces la imagen de las televisiones estatales, que han retransmitido en directo el acontecimiento, han seguido a Putin levantándose de su escritorio, poniéndose la americana y yendo por un largo pasillo presidencial cargado de cuadros. Como un experimentado actor, el líder ruso ha seguido su camino, haciendo que de repente le llamaba la atención una de las pinturas.
Al salir a la calle le esperaba un soldado en uniforme ceremonial, y otro montado en un caballo blanco. Putin ha subido a una limusina, nueva, de nombre Cortege, por vez primera de fabricación nacional, y acompañado de una escolta motorizada se ha trasladado al Gran Palacio, pasando por delante de la plaza de las Catedrales.
Un capitán le ha recibido sobre alfombra roja. Se han estrechado las manos y Putin ha entrado en Palacio. En el Gran Salón, la ceremonia ha sido corta. Putin ha jurado defender a su país y respetar la Constitución con una mano sobre un ejemplar de la Carta Magna.
En un breve discurso, ha asegurado que una sociedad libre y democrática es la base para el desarrollo de Rusia, que hará todo lo posible para el bienestar de su país y ha agradecido el apoyo de los rusos en las elecciones del pasado marzo.
Para terminar, Putin ha salido al patio del Kremlin, donde la guardia presidencial le ha rendido homenaje en la plaza de las Catedrales.
La toma de posesión de Putin fue objeto de protesta en la calle el pasado fin de semana. La oposición salió en decenas de ciudades del país, en la mayoría de los casos en manifestaciones no autorizadas por los ayuntamientos. Más de 1.600 personas fueron arrestadas y retenidas en las comisarías durante unas horas, entre ellas el activista anticorrupción Alexéi Navalni, la figura con mas tirón de la oposición extraparlamentaria rusa.