* Rusia tiene que recuperar su presencia militar en Cuba ante el peligro de que EEUU emplace sus misiles nucleares en Europa. Según el experto militar ruso Ígor Korótchenko, esa debería ser la respuesta a la intención norteamericana de salir del tratado INF, firmado con Moscú en 1987, gracias al cual Washington tiene sus manos atadas para hacerlo.
Víctor Ternovsky | Sputnik
“Tenemos que volver a Cuba, necesitamos allí tres bases militares. Una de inteligencia electrónica para poder controlar y entender qué hace EEUU. Una base para nuestros submarinos nucleares multifuncionales. Y, si EEUU sale del tratado INF, podríamos desplegar allí sistemas de misiles adecuados, lo cual contribuiría a la seguridad cubana y a la lucha antiterrorista internacional. Es necesario un acuerdo entre Cuba y Rusia de cooperación estratégica y de alianza militar”, sostuvo Ígor Korótchenko.
El experto no descartó que el respectivo tema se aborde durante la próxima visita a Moscú del presidente cubano, Miguel Díaz-Canel, donde se reunirá el 2 noviembre con el mandatario ruso, Vladímir Putin.
Moscú y La Habana ofrecen una escasa información sobre las conversaciones que mantendrán los dos líderes. Según la Cancillería cubana, se suscribirá “una Declaración Conjunta entre ambos presidentes sobre los temas de la agenda internacional”. La Presidencia rusa, a su vez, se limita a decir que “se tiene previsto abordar el estado y las perspectivas de la cooperación estratégica ruso-cubana en distintas áreas, así como intercambiar opiniones sobre actuales problemas internacionales y regionales”.
El que el tema militar esté presente en la entrevista entre Miguel Díaz-Canel y Vladímir Putin lo permite suponer la última Comisión Intergubernamental cubano-rusa para la cooperación económico-comercial y científico-técnica. En la misma, celebrada entre los días 29 y 30 de octubre, se habría acordado un crédito de 50 millones de dólares para la adquisición por la parte cubana de armamentos y equipos militares rusos, según adelantó anteriormente el diario ruso Kommersant.
Tampoco se pierde de vista que el viaje a Moscú del líder cubano tiene como telón de fondo una nueva escalada de tensión entre La Habana y Washington, fruto de los esfuerzos norteamericanos para hacer fracasar en la próxima Asamblea General de la ONU un proyecto de resolución para poner fin al bloqueo económico, comercial y financiero impuesto por EEUU contra Cuba.
Algunas declaraciones que se hacen desde la Cámara Alta del Parlamento ruso, que emitió recientemente un comunicado de repudio a las políticas estadounidenses hacia Cuba, también dan lugar a augurar un salto en las relaciones militares entre Moscú y La Habana. Según se desprende de las palabras del senador Vladímir Shamánov, Moscú considera la opción de Cuba ante la postura de EEUU sobre el tratado INF. Insistió, asimismo, que es la parte norteamericana quien empuja al mundo a una reproducción de la Crisis de los Misiles, que en el lejano 1962 podría haber desembocado en una guerra nuclear.
Consultado al respecto por Radio Sputnik, el general mayor ruso Mijaíl Makaruk manifestó que su “larga experiencia en las Fuerzas Armadas y el Estado Mayor” le permite “sacar la conclusión de que es urgente que Rusia aproveche todas las oportunidades, en particular, intensifique la cooperación con sus socios confiables en el plano militar y estratégico, para impedir que sus potenciales adversarios consigan una superioridad militar y den un golpe relámpago que se quede sin respuesta”.
“Las circunstancias que se están creando, es decir, el continuo acercamiento de la OTAN a nuestras fronteras, algo que se va a intensificar debido a las posturas adoptadas por países como Ucrania y Georgia, nos obligan a negociar con las autoridades cubanas, teniendo en cuenta la experiencia que tuvimos en 1962, cuando la Unión Soviética desplegó en la isla sus misiles nucleares. Creo que la parte rusa está estudiando esta opción para persuadir a EEUU de que deje de acercar sus infraestructuras militares a Rusia. No tengo ni la menor duda de que estas cuestiones sean abordadas por Vladímir Putin y Miguel Díaz-Canel”, señaló el también vicepresidente de la Sociedad de Amistad Cuba-Rusia.
El gran conocedor de las relaciones ruso-cubanas Arturo López-Levy, profesor de Relaciones Internacionales en el Gustavus Adolphus College en Minnesota (EEUU) y autor del libro ‘Raul Castro and the New Cuba’, coincidió en que la intención de la Administración Trump de “terminar el tratado INF” es “preocupante”.
“Yo creo que es una medida irresponsable, porque, independientemente de que en la aplicación de un tratado puedan haber diferentes visiones sobre cómo se está cumpliendo, en lo fundamental, el tratado INF habría sido respetado por ambas partes, habría mantenido cierta estabilidad dentro de la carrera armamentista nuclear y yo creo que ayudó mucho a relajar las tensiones de la Guerra Fría y proveyó un ambiente ejemplo que actuó como cierta incitación a emular en la limitación de esa carrera para otras potencias. Yo creo que se ha abierto una lata de gusanos y ojalá una actitud menos irresponsable y más constructiva empiece a retornar a Washington, algo que no se puede garantizar, teniendo en cuenta la retórica del presidente Trump y, sobre todo, la de algunos de sus asesores, como es el caso de John Bolton”, apuntó.
“Con relación a la respuesta rusa”, Arturo López-Levy indicó que, aunque La Habana “tiene intereses de seguridad que dictan una cooperación militar con Rusia”, es “muy poco probable que Cuba vaya a aceptar ningún cohete, porque no tiene interés en llevar la discusión con EEUU hacia ese nivel”.
“Las decisiones cubanas se toman en La Habana, no en Moscú, y que Moscú necesite algo no quiere decir que Cuba se lo vaya a dar automáticamente”, subrayó el experto.