El intento de la Administración Trump de sacar al presidente de Venezuela, Nicolás Maduro del poder, marca un nuevo paso en la implementación del plan para reforzar el control sobre América Latina y frenar la influencia de Rusia y China en la región, escribió The Wall Street Journal (WSJ).
De acuerdo con el medio, citando fuentes del Gobierno estadounidense, la Administración Trump ha adoptado una nueva estrategia hacia América Latina y Venezuela no es el único blanco.
Las fuentes alegan que es probable que Cuba vuelva a ser el centro de la atención de EEUU, ya que es «un antagonista que ha dominado la atención estadounidense en la región durante más de 50 años». EEUU también tiene su ojo en los avances recientes de Rusia, China e Irán en América Latina, afirma.
WSJ escribe que aunque desde hace mucho EEUU critica a Maduro —y anteriormente a su predecesor, Hugo Chávez—, hay varios funcionarios en el Gobierno que creen que Cuba es la amenaza más grave para la seguridad nacional. Las fuentes consultadas por el medio citan supuestas operaciones de inteligencia de Cuba en EEUU y los esfuerzos de la isla caribeña en impulsar la agenda antiestadounidense en otros países latinoamericanos.
El objetivo del Gobierno actual de EEUU, según WSJ, es «romper los lazos que unen a Venezuela con Cuba y hundir los regímenes en ambos países». Las acciones de EEUU en Venezuela tendrían un impacto inmenso en la región en su conjunto, y Cuba en particular.
A la luz de los intentos de Estados Unidos de aislar a La Habana y Caracas, los dos países están intensificando sus contactos con Rusia, China e Irán, lo que provoca la indignación de Washington, señala WSJ.
El medio agrega que, después de Venezuela y Cuba, Nicaragua será el próximo blanco.
Pero la estrategia conlleva serios riesgos: si el apoyo de Washington a la figura de la oposición venezolana, Juan Guaidó, no logra a derrocar Maduro o no logra hacer romper los lazos entre Caracas y La Habana, la situación en Venezuela puede empeorar aún más y «atar más estrechamente a Estados Unidos con la crisis».
Ese revés podría fortalecer las posiciones de Pekín, Moscú y Teherán en la región, según el periódico.
Al mismo tiempo, el WSJ sugiere que es poco probable que Estados Unidos logre convencer a otras naciones de tomar cualquier medida contra Cuba. Mientras muchos aliados estadounidenses apoyan las medidas contra el Gobierno de Maduro en Venezuela, algunas naciones, incluidas Canadá y Francia, tienen amplios intereses comerciales en Cuba.