Dos de las supuestas víctimas del cantante relatan en el documental ‘Leaving Neverland’, estrenado este domingo, los traumas causados por su relación con la estrella
Diez años después de la muerte de Michael Jackson, las acusaciones de abuso sexual a menores en su contra continúan acechando. HBO ha estrenado este domingo el documental Leaving Neverland, en el que dos supuestas víctimas del Rey del Pop relatan sus experiencias. «Abusó de nosotros cientos de veces», cuentan Wade Robson, de 36 años, y James Safechuck, de 40. Según narran, el intérprete de Thriller abusó de ellos cuando ambos eran menores de edad, con siete y diez años, respectivamente. La familia Jackson ha calificado la cinta como «un linchamiento público» sobre dos casos de los que “no hay pruebas”. Dan Reed, el director del rodaje, ha recibido “un diluvio de odio” por correo electrónico de los mitómanos del artista: «Son el Estado Islámico de los fanáticos».
Los dos protagonistas del documental son rostros conocidos en la nebulosa historia de abusos que envuelve la figura de la mega estrella. James Safechuck, que coincidió con el cantante en un anuncio de Pepsi, lo defendió a los 17 años ante la justicia, cuando se le acusó de haber abusado sexualmente de un niño de 13. Para ese mismo caso, los abogados del artista produjeron un vídeo que transmitió CNN con testimonios de niños que frecuentaban Neverland, ese universo soñado que construyó Michael Jackson al sur de California. Una de las voces era Wade Robson, quien describió las “inofensivas fiestas en pijamas” en el rancho. En enero de 1994 el cantante llegó a un acuerdo financiero por 23 millones de dólares con la familia denunciante y en septiembre se cerró la investigación criminal.
Los testimonios de esos niños, hoy convertidos en adultos, ahora son diametralmente opuestos. Safechuck afirma en el documental que el cantante los llevó a él y a su familia de gira y fue allí cuando, con solo 10 años, su relación se volvió sexual y le enseñó a masturbarse. “Me dijo que era algo que todo el mundo hacía y con lo que disfrutaría. La gira fue el comienzo de esta relación sexual, como si fuéramos una pareja”, describe Safechuck, quien además cuenta que el cantante simuló una ceremonia de boda y que fueron juntos a comprar el anillo. “Fingimos en la joyería que el anillo era para una mujer y que mis pequeñas manos se ajustaban al tamaño ideal”, recuerda. “Me encantaban las joyas y él me recompensaba con ellas por hacer actos sexuales por él”, añade.
En cuanto a Robson, cuenta que con solo cinco años ganó un premio de baile en su Australia natal que le permitió conocer a Jackson. A lo largo de esos años, la familia del niño estableció un fuerte vínculo con el cantante y pasaron juntos algunas temporadas de vacaciones. Según Robson, fue en uno de esos viajes cuando Jackson convenció a su madre para quedarse a solas con él mientras ellos viajaban al Gran Cañón. Fue entonces cuando Jackson supuestamente le besó y le practicó sexo oral. Tenía siete años. Robson afirma que el cantante le dijo: “Dios nos ha reunido. Estamos hechos para estar juntos”.
Las dos supuestas víctimas coinciden en que el cantante se alojaba con ellos también en hoteles, y que incluso practicaba simulacros por si alguna vez eran sorprendidos por una tercera persona. “Fingía que alguien entraba a la habitación y tenía que vestirme lo más rápido posible sin hacer ruido”, dice Safechuck. “Era fundamental que nadie nos descubriera. Era un secreto. Me decía que si alguien se enterara, su vida se acabaría y también la mía”, añade en la cinta. Una experiencia similar recuerda Robson: “Él me decía siempre que si alguna vez se enteraba alguien de lo que estábamos haciendo con respecto a las cosas sexuales, él y yo nos separaríamos y nunca más podríamos volver a vernos. Y que los dos iríamos a la cárcel por el resto de nuestras vidas”.
Leaving Neverland también recoge los relatos de sus familiares. La madre de Robson cuenta que Jackson intentó convencerla de entregarle a su hijo durante un año cuando decidieron regresar a Australia. “Yo le dije que de ninguna manera. ‘Haría maravillas por su carrera. Podría trabajar con él, podríamos hacer mucho juntos”, cuenta que insistió el artista. “Michael, él es mi hijo, tiene siete años y no lo voy a dejar contigo’, le dije. Y después de un rato me miró y dijo: ‘Siempre obtengo lo que quiero”. Ambas madres reconocen que el ídolo de sus hijos era como un miembro más de la familia y que cuando decía que siempre conseguía lo que se proponía, era verdad. Ahora solo lamentan el haberse dejado manipular tantos años por la estrella de la múscia, que falleció en 2009 a los 50 años por una sobredosis de medicamentos.
UN ESTRENO POLÉMICO
El documental, dirigido por Dan Reed, que arrasó en el Festival de Cine de Sundance, dura aproximadamente cuatro horas y está dividido en dos partes. El domingo se estrenó la primera entrega y este lunes 4 de marzo se emite la segunda. La familia de Jackson ha tratado de impedir que HBO emita el documental y lo ha calificado de “sensacionalista”, “un linchamiento público”. “Nadie se ha puesto en contacto con los herederos para ofrecer su punto de vista. La respuesta a las aseveraciones que presenta la película son absolutamente falsas”, han dicho los abogados de la familia. Los seguidores se han organizado para boicotear la cinta y han disparado dardos a las supuestas víctimas y a Reed a través de correos electrónicos y Twitter. La cuenta @MJJLegion, con más de 80.000 seguidores, ha realizado una campaña para desacreditar los testimonios publicando la información pública que existe respecto al comprtamientos exual del artista.