¿Por qué no es posible un Juan Guaidó en Nicaragua?

«Estados Unidos está buscando una alternativa a Daniel Ortega para acabar con la experiencia sandinista, algo que nunca pudieron hacer a pesar de la guerra impuesta y todo lo que ha pasado en estos 40 años en Nicaragua», afirmó a Sputnik el periodista italiano Giorgio Trucchi, especializado en Centroamérica.

De esta manera resumió el objetivo trazado por la administración de Donald Trump desde el 18 de abril de 2018, cuando comenzaron las primeras protestas a raíz del proyecto de reforma previsional planteado por el Gobierno.

«Lo que ha quedado claro en este tiempo es que nunca hubo una insurrección espontánea, pacífica y desarmada o una revolución cívica como la oposición ha querido presentar a nivel mundial», apuntó el experto, radicado en Nicaragua, desde donde colabora con agencias internacionales.

Tras los primeros días de protestas, el 22 de abril, el presidente Ortega anunció que dejaba sin efecto la reforma y convocaba a un diálogo nacional para discutir ese y otros temas. Sin embargo, por esas mismas fechas, otras consignas y reclamos comenzaron a escucharse: la renuncia del primer mandatario y la convocatoria a elecciones anticipadas, un planteo que también realizó Estados Unidos.

Marchas, enfrentamientos, fallecidos y detenidos a lo largo de estos meses evidencian un complejo panorama interno.

La reforma previsional «fue sólo la ocasión para echar a andar un plan que ya tenían preparado» los distintos sectores de la oposición, sandinistas disidentes y movimientos estudiantiles de universidades privadas, entre otros, «con un financiamiento claramente que viene desde afuera», apuntó Trucchi.

El periodista italiano, que cubrió las movilizaciones y los enfrentamientos, explicó que muy pocos medios internacionales contaron lo que a él le tocó ver.

«Había ataques a las casas de los sandinistas, quemaban gente, mataban policías (…), yo me acuerdo que cada vez que había un pasito para que se acercara la posibilidad de una salida negociada y pacífica, inmediatamente había autoatentados, cualquier cosa para que el diálogo se cayera».

Trucchi remarcó que «en esta crisis hay un elemento claramente geopolítico, geoestratégico de parte de EEUU», que rechaza el acercamiento durante la última década entre Latinoamérica y China y Rusia, especialmente con los tres países que Washington tienen sobre la mira: Venezuela, Cuba y Nicaragua.

Sin embargo, el entrevistado consideró que si bien la crisis venezolana y la nicaragüense tienen muchos puntos de contacto, la potencia norteamericana no seguirá el mismo camino, y por tanto no es posible que surja «un Juan Guaidó».

Entre otras cosas porque a diferencia de las elecciones de mayo de 2018 que ratificaron en el cargo a Nicolás Maduro, desconocidas por parte de la comunidad internacional, las que ganó Ortega en 2016 con más de 70% de apoyo fueron declaradas legítimas hasta por la OEA.

No solo por ese factor es imposible un «Guaidó nicaragüense»: «Creo que EEUU no puede permitirse tener una bomba de tiempo como es la de Venezuela en medio de la región centroamericana. Si se incendia de verdad Nicaragua es muy fácil que se incendien de inmediato los países del Triángulo Norte».

Esto no le conviene a Washington, ya que podría disparar aún más la migración desde Honduras, Guatemala y El Salvador, un fenómeno que Trump quiere frenar a como dé lugar.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *