El Partido de los Trabajadores (PT) de Brasil denunció este viernes que el exjuez y ministro de Justicia, Sérgio Moro, cometió el delito de perjurio en su testimonio del miércoles ante la Comisión de Constitución y Justicia (CCJ) del Senado.
En una nota firmada por la presidenta del PT, Gleisi Hoffmann, la organización política recuerda que en virtud de una cuestión de orden hecha por Humberto Costa, líder del partido en el Senado, “Moro renunció, en aquella ocasión, al derecho de quedarse callado”.
Precisa que la nueva información proporcionada por el sitio The Intercept, de Glenn Greenwald, periodista de sólida reputación mundial y ganador del Premio Pulitzer, demuestra que, además del perjurio, Moro y su equipo de fiscales “cometieron diversos ilícitos en su obsesiva persecución al mayor líder popular de nuestra historia (el expresidente Luiz Inácio Lula da Silva)”.
En particular, señala el comunicado, “los nuevos diálogos, no desmentidos cabalmente por nadie, revelan, de forma definitiva, que Moro actuaba como jefe de la fuerza de tarea (de la operación anticorrupción Lava Jato), orientando y aconsejando a los fiscales”.
Realmente, recalca el comunicado, las revelaciones que hasta ahora surgieron demuestran que, en el caso de las acciones contra Lula, Moro y sus procuradores actuaron a espaldas de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, de la Constitución y Código de Proceso Penal de Brasil.
Subraya que “en vez de perseguir la verdad y combatir la corrupción, (Moro y compinches) buscaron su objetivo político mezquino y prefirieron acusar y condenar con base a mentiras e ilicitudes, corrompiendo nuestra democracia, justicia y traicionando la confianza del pueblo brasileño”.
Los chats divulgados demuestran el carácter político de Moro en su accionar como magistrado y ponen en jaque su imparcialidad en los procesos que llevaron a prisión a Lula, a quien condenó en 2017 por supuestos actos de corrupción.
Mientras tanto, el escándalo de conspiración contra el expresidente brasileño Lula da Silva sigue azotando al Gobierno de Jair Bolsonaro.
El actual ministro de Justicia de Brasil, Sergio Moro, intentó defenderse ante un comité del Senado atento para escuchar las aclaraciones del exjuez de la trama conocida como Lava Jato, en la que está acusado de orientar a los fiscales de las investigaciones que culminaron en el encarcelamiento del exmandatario Luiz Inácio Lula da Silva.
Por su parte, el expresidente Lula da Silva no tardó en mostrar abiertamente su felicidad por las revelaciones del sitio web The Interceptque publicó documentos filtrados y mensajes de texto que supuestamente mostraban la parcialidad de Moro.
El partido de Lula ha aumentado su presión sobre Moro. Le sigue urgiendo a renunciar de su cargo ya que no lo considera apto para encabezar el Ministerio de Justicia.
Las revelaciones contra Moro son polémicas para el público brasileño. Primero porque, resultan ciertas, Lula da Silva fue encarcelado injustamente y su vida política fue destruida por no poder postularse como candidato a la Presidencia.
Segundo, Sería un escándalo para el Gobierno de Bolsonaro, por designar a una persona corrupta a la cabeza de un ministerio cuya responsabilidad es asegurar la Justicia.