Cuba advirtió sobre los ‘mercenarios culturales’ que sirven al enemigo, mientras EE.UU. crea nuevos fondos para provocar “la subversión” en la isla.
“No vamos a limitar la creación [artística], pero la Revolución […] no va a dejar sus espacios institucionales a manos de quienes sirven a sus enemigos”, dijo el domingo el presidente cubano, Miguel Díaz-Canel, al clausurar un congreso de intelectuales en La Habana, en un momento en que Estados Unidos arrecia sus sanciones contra la isla.
Díaz-Canel clausuró el IX Congreso de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (Uneac), una organización de 8,500 miembros que representa a los intelectuales cubanos, donde se trazaron nuevas líneas para la proyección de la cultura cubana.
En la ceremonia de clausura advirtió que en la actual coyuntura, cuando Estados Unidos aprueba nuevos fondos para provocar “la subversión” en la isla, los “mercenarios culturales” están dispuestos a linchar a cualquier creador que exalte a la Revolución.
“Atentos a los que ponen por delante el mercado y no la cultura; el egoísmo sin compromiso social ni cultura”, añadió el mandatario cubano.
El Gobierno cubano persistirá en la defensa de su soberanía e independencia, tras las nuevas medidas de EE.UU. que recrudecen el bloqueo contra el país caribeño.
Díaz-Canel también acusó a su homólogo estadounidense, Donald Trump, de cerrar definitivamente los intercambios culturales bilaterales.
Desde que llegó al poder en 2017, Trump ha intensificado las sanciones contra la isla, a la que culpa de apoyar militarmente a la Venezuela. La Habana, a su vez, ha rechazado tajantemente las acusaciones de Washington.
Washington activó en mayo el Título III de la ley Helms-Burton, que autoriza a los cubanos exiliados en EE.UU. y a empresas de ese país a demandar a quienes se beneficiaron de las nacionalizaciones hechas tras la victoria de la Revolución cubana en 1959.
Ley Helms-Burton, aprobada en 1996, contiene cuatro capítulos e intenta sistematizar y codificar la agresión y bloqueo económico del imperio contra Cuba, estableciendo la base de la política exterior oficial de Washington.
Desde 1962, Washington ha impuesto un bloqueo económico contra Cuba a fin de forzar un cambio de Gobierno. Pese a la aparente mejoría de las relaciones de los dos países durante la gestión del entonces presidente de EE.UU., Barack Obama (2009-2016), tras la llegada de Trump a la Presidencia, las medidas contra la isla se han endurecido, cerrando las puertas a cualquier diálogo.