La ‘Gran Paz’ se estableció en el mundo tras la derrota de la Alemania nazi en la Segunda Guerra Mundial, pero varios expertos consideran que la amenaza de una guerra global no ha desaparecido, al contrario, está más cerca que nunca.
Y no se trataría de una intervención militar masiva, ni de las explosiones nucleares. La Tercera Guerra Mundial podría ser provocada por hackers, sus ciberataques podrían causar un daño equiparable al de las armas nucleares, opina el profesor de ciencias computarizadas Jeremy Straub de la Universidad de Dakota del Norte.
«En contraste a la explosión de una bomba nuclear que (…) matará a casi toda la gente en una distancia de 800 metros [de inmediato], la mortalidad causada por un ataque cibernético sería más lenta. La gente podría morir a causa de la falta de comida, energía o gas (…) o a raíz de los accidentes automovilísticos. Este podría afectar un área más amplia, así como provocar heridas y numerosas víctimas», explicó el experto en su artículo para el portal The Conversation.
Los hackers ya están listos para asestar un golpe
Los ensayos de tales ataques ya se organizan en todo el mundo. Hace tres años un grupo de hackers se infiltró en el sistema de control de una planta potabilizadora y logró cambiar el nivel de las sustancias químicas.
«Si estos cambios hubieran pasado desapercibidos, el crimen podría haber conducido a envenenamiento, suministros inutilizables de agua y escasez», explicó.
En agosto del 2017, los hackers ‘menos amistosos’ atacaron una planta refinadora de petróleo en Arabia Saudí. Este acto fue ideado no solo para destruir datos o paralizar la instalación, sino para sabotearla y provocar una explosión.
Por si fuera poco, Straub sugiere que los piratas informáticos ya han logrado instalar un ‘software’ malicioso en los sistemas energéticos y de agua de EEUU, donde este duerme, esperando su activación. Además, el profesor señala que los militares del país norteamericano «también han penetrado» en los ordenadores que controlan a los sistemas eléctricos de Rusia.
Según Straub, ningún país en el mundo empleará sus armas nucleares contra otro que también las posea por la amenaza de ser atacado en respuesta. Es fácil ocultar la fuente de una incursión digital, lo que no puede decirse sobre el lanzamiento de un misil, opina el experto.
«Mi preocupación no intenta minimizar los efectos devastadores de un ataque nuclear. Más bien mi objetivo es demostrar que existen algunos sistemas de control nuclear a nivel internacional, mientras que no los hay para los ciberataques», enfatiza.
Los resultados de un análisis, citado por el profesor, revelaron que solo la quinta parte de todas las empresas que usan ordenadores para controlar la maquinaria industrial en EEUU monitorean sus equipos para detectar los ataques potenciales. Además, en el 40% de los ataques que estas empresas lograron identificar el intruso tuvo acceso a sus sistemas durante más de un año.
De acuerdo con Straub, actualmente al menos una cuarta parte de todos los empleos en el ámbito de la ciberseguridad en EEUU están vacantes. La escasez de especialistas cualificados no permite resolver las amenazas existentes, concluye.